Torrealba malandrea que Chávez, ante cualquier elección, “entrompaba”. Desde Miami, la señora Tintori mandibulea que si los “líderes” de la MUD los convocan a marchar, entonces que “no arruguen”. El bajo léxico chavista penetra el exquisito decir opositor y le da un “discreto encanto”, como un no sé qué, a la presumida derecha. En el “Chúo” pasa porque viene del peaje y la esquina, pero suena raro en una burguesía que recién descubre el gusto por el chicharrón indepilado.