Por Tulio Monsalve|Concreto (Opinión)

Algo concreto, como indica el título de esta semana, es que existe. Es real, puede ser percibido. Lo contrario es el mundo de la pseudoconcreción: claroscuro de media verdad y engaño. Propio del manejo mediático: prosa creadora del doble sentido. No muestra la esencia: la oculta.

En eso andan muchos hoy con respecto al diálogo. Pero, lo concreto, indiscutible es que existe. Otros pretenden degradarlo y engañan al bautizarlo: “pre-diálogo”.

Lo concreto: el diálogo que comenzó el 30 de octubre y de partida estableció norma de conducta honorable que proscribe que cuanto allí se diga y haga no puede ser divulgado. Lo normal y lógico en cualquier proceso de negociación. Para evitar que de él se haga un circo televisivo. Es límite a la frivolidad y para evitar la espectacularidad propia de los reality show.

Existe y cuenta entre otros avales el de una institución que tiene dos mil años de experiencia y cultura de la negociación, mas Unasur, no poca cosa.

Inicia y acaba de dar muestra de responsabilidad al acordar entre ambos actores ampliar el número de sus intermediadores. Evidente su accionar cuando da a conocer una metodología de trabajo que cuenta con equipos especializados en temas convenidos entre actores y mediadores. Hoy en pleno actividad.

Lo pseudoconcreto lo constituye esa cultura del chisme que practican los columnistas ágrafos, cantamañanas, que sin contacto, con cuanto en el diálogo sucede y discute, inventan chismes y run-ruines. Sabido la política de esta negociación es la seriedad y el secreto de lo tratado y mantenido solo entre actores, hasta que ellos escojan su vocero.

Es pseudoconcreción, mitología, cuando se da por verdadero la falacia de que la única solución tiene, y peor, debe, venir desde el exterior. Por ello apuestan a degradar lo que nuestros negociadores se proponen en este diálogo. Cuidado: es mas peligroso un imbécil que un infame.

Lo concreto, el diálogo está mas activo que nunca. Pero igual el Estado venezolano así como dialoga y respeta lo pautado entre las partes, tiene el deber y el derecho concreto de ejercer la responsabilidad impostergable de mantener el orden público frente a quienes intentar hacer el doble juego, no asistir al diálogo y creer que impúdicamente pueden ejercer acciones terroristas.

Lo concreto es tender la mano y pensar que la reciprocidad nos asegura un clima de concordia y respeto mutuo, sin presiones sin chantajes. Sin ello vendrá la debacle.

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Caracas