Lo bueno de escuchar algunos de los comentarios que a diario hacen en sus programas radiales y televisivos los representantes de la oposición que se hacen pasar por ingenuos lectores de titulares de periódicos y portales de Internet y analistas destructivos de cualquier tema o iniciativa soberana, es que nos obliga a revisar la historia.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo decidió la semana pasada llevar a cabo un recorte de producción de 1,2 millones de barriles diarios, acuerdo que comenzará a regir a partir de enero y que depende, como siempre ha sido, de la voluntad y disciplina de cada uno de sus socios y del control que los gobiernos tengan de sus empresas operadoras.
No es la primera vez que se anuncia su intención de restar oferta en el mercado petrolero para defender el valor del recurso natural. Tampoco es la primera vez en que se unen a un pacto de este tipo países no integrantes de la organización.
Debe recordarse que ante la caída de la cotización del barril sucedida a finales de los 90 y luego de la victoria electoral del Presidente Chávez en 1998, se logró, gracias a su liderazgo, cohesionar a una OPEP que se encontraba en discordia, y establecer una serie de alianzas con Rusia, México y Noruega, naciones que también se comprometieron a cerrar el grifo. En esa oportunidad el recorte en total sumó 2,1 millones de barriles diarios.
La OPEP, como cualquier otra organización internacional, se enfrenta a un mundo que cambia constantemente y en el que están presentes elementos de carácter económico, políticos, geopolíticos, ambientales y hasta culturales.
La crisis económica surgida de una economía internacional en la que manda el capital financiero en detrimento del productivo; las guerras, intervenciones, bloqueos y sanciones de las potencias occidentales a naciones productoras de crudo como Siria, Libia, Irak, Irán, Venezuela, o las a agresiones a países como Yemén; la reaparición de Estados Unidos como país exportador de petróleo; el cambio climático y el uso de nuevas tecnologías y nuevas fuentes de energía pesan en el mercado energético.
Un antiguo gerente de la vieja Petróleos de Venezuela dijo en la radio que la OPEP ya no es lo que fue en el pasado. Pues claro que no lo es, así como tampoco lo es él. La OPEP esta obligada a adaptarse a los cambios del planeta. Pero aun así, como se dice, en el mundo petrolero, “si esta no existiera, habría que inventarla”.