El eterno NO de la oposición

Por Alfredo Carquez

Cuando se caía en pedazos la IV República, luego de la larga y oscura década neoliberal de los 90, los partidos padres del puntofijismo y sus derivados se unieron aterrados para decirle NO al avasallante y sorpresivo ascenso de la candidatura que en diciembre de 1998 concluyó con la indiscutible victoria electoral de Hugo Chávez.

Luego, al hacer cumplir su promesa de ir a un proceso constituyente la oposición –aún turulata y bajo los efectos del trauma de la derrota- grita NO cuando se plantea consultarle al pueblo sobre la elaboración de una nueva Carta Magna.
Más tarde, al finalizar el trabajo de los constituyentes y al presentarle a los venezolanos el texto de la que sería la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la derecha criolla llena de pánico se aferró al NO para tratar de detener el tren de la historia.

Inmediatamente después surgieron otros NO. ¡¡¡¡NOOO!!! A la Ley de Tierras. ¡¡¡¡ NOOOO!!! A la Ley de Pesca!!! Y, por supuesto, NOOOO a la N de ¡¡¡NOOOO!!! Porque No es NO, a la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Debe recordarse que esas negativas estuvieron acompañadas de quemas de leyes en vivo y directo, actos piromaniacos transmitidos por las democráticas plantas televisivas y circuitos radiales y reseñados por la prensa nacional, los mismos medio que el 11 de abril de 2002 también le dijeron NO al hilo constitucional para poner en Miraflores a uno de los suyos luego de darle el sí a la Casa Blanca.

Y así se han sucedido NOES y más NOES en una cadena interminable negadora del otro que tal vez explique la ausencia de propuestas para el país. NO a las Misiones, porque para qué ayudar a las hordas chavistas pobres y desdentadas. No a la Soberanía Petrolera porque para qué molestar a los dadores de dólares que vienen del norte. NO a la integración Latinoamericana y Caribeña, porque para ellos es mejor seguir subordinados a los tratados de libre comercio y a los arbitrajes internacionales diseñados desde los centros del poder del planeta.

Por todo eso no sorprende para nada que la dirigencia de la MUD le diga NO a la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente de manera tan fácil, como le dicen NO, NO y más NO a la PAZ.
Alfredo Carquez Saavedra

alfredo.carquez@gmail.com