Trump es de cuidado

SÍNTESIS

POR: HUGO CABEZAS

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Algunos analistas vienen haciendo una valoración de la forma de actuar de Donald Trump, a nuestro entender, equivocada. Los mas concluyen en que “se trata de un demente”. Nada mas alejado de la verdad que una afirmación como esta.

Somos del parecer que la manera cómo actúa el mandatario de la tierra del Tío Sam ésta acompañada de toda una fundamentación teórica que tiene sus orígenes en lo que Martín Heidegger y Georg Hegel, entre otros, entendieron por “modernidad”. Concepto cuya explicación tiene su fundamento a partir de una interpretación de la cultura como prácticas religiosas; entre las cuales, la religión protestante habrá de ser la única religión cuyos hábitos, costumbres y normas, tal como lo señaló Max Weber, será capaz de articular con solidez la política con la religión.

Recuérdese que a partir de esta afirmación fue que la europeización del mundo encontró su justificación. Inglaterra, Francia y Alemania serían las naciones líderes de dicho proceso.

Recuérdese, asimismo, que desde finales del siglo XIX, pero sobre todo luego de la II Guerra Mundial, el Reino de los Cielos en la Tierra tendría un nuevo escenario y una nueva justificación.

Estados Unidos impondría al mundo “su modernidad”. El “sueño americano” habría de ser el nuevo fundamento religioso a partir del cual se estructuró la americanización del mundo. Wall Street, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización de las Naciones Unidas, serían, entre otros, los nuevos templos para la adoración de la modernidad capitalista estadounidense.

Pero, el “sueño americano” ha ido perdiendo fuerza. La crisis que hoy vive la potencia imperial no es solo de carácter económica. Innumerables son los analistas del Norte que señalan que ésta es una crisis moral, ya que “…la élite económica y política cada vez tiene menos espíritu cívico”. Como dice Jeffrey Sachs: “…La crisis económica de los años recientes es reflejo de un profundo y amenazante deterioro de nuestra actual política y cultura del poder nacional”.

Es pues en el contexto de esta crisis que sugerimos ubicar lo que bien podemos llamar “el caso Trump”.

Su modo de actuar puede tener varias lecturas, como en efecto las tiene. Estas van desde su origen familiar, pasando por su condición de empresario comercial o por su exagerado narcisismo, lo cual lo ha convertido en un adicto a los mass-media.

Nosotros lo vemos de otra manera. Pensamos que Trump representa los sectores mas conservadores, políticamente hablando, de Estados Unidos. Representa a aquellos sectores que acompañaron a la llamada “revolución Reagan”, y que hoy ven y sienten que el poder de esa nación cada vez es menor. Que contemplan con tristeza como el “sueño americano”, se ha convertido en una simple metáfora.

Esos sectores le han encomendado a Trump, la tarea de restituirle a EEUU “el rol de potencia hegemónica” del mundo. Toda su actuación, incluso desde que era candidato presidencial, ha tenido ese norte.

Desde su anuncio de construir un muro en la frontera con México hasta la mudanza de la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén, tiene que ser inscrita en ese objetivo.

Por eso, todos sus malabarismos, todas sus piruetas políticas, económicas, diplomáticas, militares, etc., no tienen otra intención que volver a dominar el mundo, de reconstruir un mundo unipolar.

Pues bien, es en este objetivo que tiene que ser inscrito el Plan Trump contra Venezuela. El mismo es la continuación del Plan Clinton, Bush y Obama. Las riquezas nacionales le resulta demasiado importante al imperio para alcanzarlo.

Entendámoslo, entonces: el asedio, el bloqueo y las constantes amenazas a que nos tiene sometido, nos permite afirmar que Trump es de cuidado.

@hugocabezas78
Caracas