La Unión Africana (UA) anunció este sábado su respaldo a la juramentación de Alassane Ouattara como Presidente de Costa de Marfil y le ofreció su ayuda para recuperar la estabilidad en la nación, tras cinco meses de crisis post electoral que vivió el país ante el cuestionamiento de los comicios y la persistencia en el poder del mandatario saliente Laurent Gbagbo.
El bloque africano consideró que con Ouattara en la presidencia se avanza hacia la normalización de la vida en el país.
La UA además ofreció su colaboración a las autoridades marfileñas para promover la unión nacional y la creación de una Comisión de la Verdad y la Reconciliación, ante las marcadas diferencias entre quienes apoyan a Ouattara y a Gbagbo.
«Este acto restablece la verdad de las urnas», declaró Ouattara, durante el evento de su juramentación, efectuado el viernes.
El Consejo Constitucional, máxima instancia judicial de Costa de Marfil, aceptó el jueves a Alassane Ouattara como Presidente, cuando la cifra de fallecidos por la violencia nacional llegó a más de un millar de personas.
Anterior al anuncio del Consejo Constitucional, se conoció que las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI) leales a Ouattara, derrotaron a rebeldes leales al ex presidente Laurent Gbagbo, que estaban atrincherados en la Base Naval de Locodjro (distrito sur).
El pasado 11 de abril, Gbagbo fue detenido de forma violenta en la residencia presidencial de Cocoy, ubicada en Abiyán, luego de una ofensiva realizada por las FRCI, apoyadas por helicópteros de la Operación de Naciones Unidas en Costa de Marfil (Onuci) y militares franceses. Su esposa fue golpeada y se publicaron fotografías degradantes de ella junto a los militares fieles a Ouattara.
El campo pro-Ouattara optó por la acción militar el 28 de marzo, cuatro meses después de iniciarse la crisis post-electoral.
La vía armada elegida por el campo de Ouattara es consecutiva al fracaso de trabajos diplomáticos para resolver pacíficamente la situación de violencia originada tras la elección presidencial del 28 de noviembre de 2010, que debía sacar al país primer productor mundial de cacao de una década de crisis político-militar.
Sometido a fuertes presiones internacionales, a sanciones occidentales que asfixiaban progresivamente la economía y paralizaban la producción de cacao, el presidente saliente Laurent Gbagbo, en el poder desde 2000, rechazaba los resultados de los comicios y ceder el mando a su rival Ouattara.