DE TROVA Y PROSA
POR: FREDDY FERNÁNDEZ
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Aplauden los bombardeos a Siria, los aciertos de los francotiradores del ejército de ocupación de Israel, solicitan más agresiones económicas contra el pueblo venezolano y hasta hay quien se atreve a desear que también nos lancen bombas como ocurre contra el pueblo sirio.
Cometen asesinatos y salen al exterior a denunciarlos como si fueran responsabilidad del gobierno venezolano. Pasan meses asegurando que el presidente Maduro no debe gobernar porque supuestamente es colombiano, pero lo hacen en estrecha alianza con las más oscuras fuerzas de Colombia y hasta deliberan en Colombia para decidir por tercera o cuarta vez la “destitución” del Presidente de la República.
Por un lado piden sanciones contra el pueblo venezolano y por el otro solicitan más dólares, aparentemente destinados a continuar con su planes de derrocamiento, pero sobre los que no rinden cuentas a nadie. El resultado es el de unos políticos que apuestan por el empobrecimiento de un país mientras ellos personalmente se enriquecen.
El gobierno de Santos también descubrió que esta agresión permanente contra el pueblo de Venezuela podía ser un negocio y en seguida lo montó. Pide y recibe dinero de Estados Unidos y de Europa para supuestamente ayudar a los venezolanos que cruzan la frontera.
Por si fuera poco, con pleno respaldo de la oposición y sin ningún derecho, el gobierno de Colombia quiere acordar con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional los planes para “la reconstrucción de Venezuela”. Seguramente que el equipo de Santos ya está sacando cuentas de cómo se va a beneficiar de la administración de parte de nuestro territorio y nuestros recursos naturales.
Supongo, que además de apoyar una intervención militar extranjera, la oposición está ya a punto de pedir a los venezolanos que están en el exterior que dejen de apoyar a sus familiares que permanecen en Venezuela. Piensan que todas las dificultades que ellos piden y apoyan son percibidas como si fueran causadas por Maduro.
La locura de esta derecha propicia una situación en la que no se vislumbra posibilidad de subsistencia de Venezuela. Si sus sueños de guerra se hicieran reales y además significaran una derrota del pueblo, no veo en el horizonte la posibilidad de que se mantenga la integridad política y territorial de Venezuela.
Las fauces de las hambrientas oligarquías vecinas están abiertas, deseosas de cerrarse sobre nuestro territorio.