La vocera del movimiento Conserjes Unidos por Venezuela, Nélida Cordero, enfatizó este jueves que la nueva Ley Especial para la Dignificación de Trabajadoras y Trabajadores Residenciales, humaniza la labor de las mujeres y hombres que se desempeñan como conserjes.
Durante el programa Toda Venezuela, transmitido por VTV, Corderó calificó la palabra «conserje» como un término peyorativo, debido a que con título al trabajador se le concebía como un esclavo que debía asumir la responsabilidad del edificio, sin límites de horarios, a cambio de una residencia.
“Cuando se nos puso el nombre de conserjes ya ahí se veía reflejado lo que nosotros íbamos a significar como trabajadores para los patronos: sus esclavos”, dijo Nélida Cordero.
La líder social indicó que entre los logros obtenidos con la aprobación de La Ley Especial para la Dignificación de Trabajadores Residenciales está el cambio del término conserje por trabajador residencial; se elimina la tercerización del trabajo y se prohíbe la obligatoriedad de cumplir horas extras.
La norma también establece que si ocurriese un despido justificad el patrón deberá buscar a un ayudante que supla las funciones del trabajador residencial, y se le dará un plazo de tres meses al extrabajador, a partir de la cancelación de sus prestaciones, para desocupar la vivienda.
Cordero explicó que en la época del golpe de Estado de 2002 y el paro petrolero liderado por sectores de la ultraderecha venezolana, a los trabajadores residenciales se les acuso de ser pagados para vigilar las acciones que hacían los vecinos de las zonas de estratos sociales altos donde trabajan.
De allí, expuso, que los trabajadores residenciales comenzaron a prepararse académicamente en las diferentes misiones y a asesorarse con estudiantes y profesores de estudios jurídicos para crear una propuesta de ley que dignificara la labor que venían ejerciendo por años.
Por último, resaltó que incluso existen muchas trabajadoras residenciales a las que se les suspendió el salario por salir embarazadas y, en algunos edificios, se les prohibía a sus hijos jugar en los mismos espacios que el de los niños de los propietarios.