Se calzó los zapatos de Heberto Camacho, famoso por sus crónicas rojas|William Goite lidió con la soledad para protagonizar en Último cuerpo

El actor participará en la ópera prima de Miguel Ferrari, Azúl rosa y no tan rosa, Foto/Miguel Gutiérrez

Desde 2008 William Goite ha trabajado al menos en una película por año, pero hace dos semanas su nombre llegó a las carteleras cinematográficas encabezando el elenco de la película Último cuerpo, de Carlos Daniel Malavé, en la que interpreta a un legendario periodista zuliano de la crónica roja de Maracaibo.

El actor encarna a Heriberto Camargo, nombre que el director y guionista colocó al personaje para evitar problemas con la familia del periodista. De esta manera, Goite hace gala de la ficción con base en un reportero que falleció en 2006: Heberto Camacho, “el poeta de la muerte”. Sin duda se trata de un personaje simpático, dicharachero y pesimista, una suerte de héroe.

“¡Ponéle más salsa! ¡Que hay que vender”, es una de los parlamentos de Goite, que resume la petición de los editores del periódico, mientras que, para Camargo, es la excusa perfecta para que lo dejen investigar los asesinatos de una red de corrupción que implica al poder regional con mafias en Colombia, pasando por La Guajira.

Camargo investigará cual policía hasta exponer a los malhechores, enfrentándose a su antagonista, el comisario Sangretti (Miguel Ferrari). En este thriller policial -que se exhibe en las principales salas de Venezuela- Goite hizo su mayor esfuerzo por repetir las expresiones de los marabinos y demuestra que 31 años de carrera artística no son en vano.

-¿Qué reto representó encarnar a Heriberto Camargo?

-El personaje inspirado por el periodista Heberto Camacho representó todo un reto actoral que me llevó a aprender el ‘idioma’ maracucho, que es una simple forma (risas). Es un personaje que tiene un mundo interior muy fuerte, con una exigencia en cuanto al costumbrismo y el populismo: esa forma honesta y frontal que no permitía ningún tipo de mentira actoral. Tenía que entregarme cien por ciento a cada escena porque no me quedaba de otra, sino echaba a perder todo el trabajo.

-¿Cuál fue el aspecto más difícil de abordar en este personaje?

-La soledad. El personaje por estar obcecado por la muerte y la verdad, vive muy solo. Y yo no conozco la soledad. He sido un hijo amado, un hermano amado, acompañado todo el tiempo. Las personas que han formado parte de mi vida amorosa me han amado y yo las he amado, pero jamás he sentido la soledad en ninguna de sus formas. Vivenciar la soledad y que fuese creíble fue duro. Camacho estaba rodeado de miles de personas pero solo. Era un tipo único e individual.

-Algún texto del periodista que le haya marcado.

-El que escribió Malavé para la película en maracucho: Dejá de retratar a la muerte novato. Mirá que te vais a enamorar de ella, y después no la vas a soltar, y no le vais a poder hacer el amor a la mujer tuya. ¿Y sabéis por qué? Porque su cuerpo te va a oler a sangre.

-¿Qué puede esperar la gente de Último cuerpo?

-Un trabajo honesto. Una buena historia. Un trabajo del que la gente se va a sentir orgullosa del cine venezolano, que va a reafirmar su apoyo al séptimo arte nacional, así como con todas las películas que vienen. Este largometraje se contó muy bonito, se ve muy bonito, es una tronco de historia y sobretodo, está inspirada en la parte periodística de Heberto Camacho, todo un honor, porque ese señor que fue la leyenda de la crónica roja en Venezuela, el país tiene que conocer su historia.

-¿Ahora qué viene?

-Tengo una participación especial en la ópera prima de Miguel Ferrari, Azul rosa y no tan rosa. También tengo otra película por ahí de la que todavía no puedo decir nada, pero va a ser un batacazo para toda la familia venezolana.

-¿Qué será? ¿Vas a protagonizar?

-Sí, otra (risas). En realidad dos más, vienen cosas buenas.

T/ Várvara Rangel Hill
F/ Miguel Gutiérrez