Desde hace siete meses, cuando abrió sus puertas, el Laboratorio de Prótesis y Ortesis de la misión José Gregorio Hernández, en Mérida, ha entregado 60 prótesis gratuitas a 57 pacientes de Barinas, Táchira, Trujillo, Sur del Lago del Zulia y la entidad andina.
Estas piezas se ensamblan en este taller, que funciona en el Hospital Universitario de los Andes. En el país funcionan, además, dos en Caracas, dos en Lara y uno en Miranda.
El coordinador por la parte cubana de este laboratorio, Pedro Oliva, explicó que allí se elaboran prótesis ortopédicas de miembros inferiores, transfemorales y transtibiales (por encima y debajo de la rodilla, respectivamente). También se arman férulas para miembros superiores, extensiones de dedo y de pierna, y para pie equino.
“Los materiales se compran en Brasil y Alemania, como pies, tubos y fibras. Son de las empresas Otto Bock y Poleor, las mejores. En Venezuela se compran las resinas y algunas planchas de termoplásticos para realizar las férulas. Las piezas se ensamblan en el laboratorio, donde hacemos entre 6 y 7 prótesis semanales”, explicó.
Desde las salas de fisioterapia de los centros de diagnóstico integral, de la misión Barrio Adentro, como de los hospitales del occidente del país, se remiten a las y los pacientes. Luego de someterse a una terapia para fortalecer el muñón, van hasta el taller en Mérida, donde les toman las medidas, y en una semana, sin demora, entregan la pieza.
LA MAYORÍA DE PACIENTES SON JÓVENES
“Entre 80% y 90% de las y los pacientes que atendemos son jóvenes, quienes por causas traumáticas, como accidentes o heridas por disparos durante un robo, se les amputa uno o varios miembros”, relató Oliva.
Ese fue el caso de Eliécer Guerrero, del barrio 1º de Diciembre, de Barinas, quien en abril del año 2010 recibió un tiro en su pierna izquierda en un atraco. “A los tres meses perdí la pierna, pero le doy gracias a Dios que estoy vivo. Cuando me pongan mi prótesis empiezo a trabajar otra vez. Ahorita, las muletas son mis piernas”, explicó.
Desde Barinas, Guerrero llegó ayer al laboratorio de la misión, en Mérida, para tomarse las medidas, cual maniquí. “Hice las terapias durante un mes y vine hasta acá, porque no tengo recursos para hacerme una prótesis, pues valía 40 mil bolívares”, dijo.
En este taller se realizan ortesis o artificios ortopédicos. “En pacientes menores de 14 años se utilizan para corregir, especialmente en niños y niñas con tibia o rodilla vara y pies equinos. Se hacen órtesis largas para quienes no pueden mantenerse de pie”, explicó Oliva.
GENERACIÓN DE RELEVO
Mientras le envolvían el muñón con gasa y yeso en este laboratorio, Jacqueline Lozano, de 28 años y oriunda de Barinitas, Barinas, recordaba que a los 15 años le amputaron su pierna derecha, pues cuando la sacaron del vientre el médico le fracturó la tibia y el peroné. “Se hizo una curva hacia el tobillo y no hubo solución”, resumió.
Catorce años suma caminando con prótesis. “Lo máximo que dura una prótesis es año y medio. Siempre se parten por el lado del pie”, explicó. En un centro privado la prótesis modular por debajo de la rodilla con pie flexible, que necesita, cuesta entre 18 mil y 30 mil bolívares. “A través de la misión me la darán gratis. Es una buena solución para nosotros, que no tenemos recursos”, explicó Lozano.
Para el técnico de este taller, Nelson Paredes, este programa integra a las personas con alguna discapacidad a la sociedad. La alta demanda, dijo, provocó que la misión José Gregorio Hernández formara a un nuevo contingente de jóvenes.
Para muestra un botón: Carlos Mendoza, Andrea Guillén, Leonardo Dejesús y Ricardo García sustituirán a los cubanos en este taller, pues se irán este año a su país. “Somos estudiantes en ortoprótesis, del Colegio Universitario de Rehabilitación May Hamilton, del Hospital Pérez Carreño, de Caracas. Fuimos seleccionados por los Consejos Comunales y seremos la primera promoción del país”, relató García.