El presidente electo del Gobierno español, Mariano Rajoy, vaticinó este sábado tiempos complejos para este país europeo, pero aseguró tener las ideas claras para salir de la crisis mediante una nueva política económica que obvió definir.
En una breve intervención sin preguntas en Pontevedra, Galicia, el líder del conservador Partido Popular (PP), vencedor en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre, delineó un futuro duro para España.
Las cosas están muy difíciles, pero estoy absolutamente convencido de que vamos a salir adelante entre todos, pues la salida de la crisis no solo es tarea de un gobierno sino de toda la nación, afirmó Rajoy, en sus primeras declaraciones en público tras la victoria electoral.
Precisamente, el máximo dirigente de los populares justificó ese mutismo a su apretada agenda durante las últimas dos semanas, en las que se reunió por separado con banqueros, empresarios y líderes sindicales.
No he podido parar, tenía que hablar con mucha gente y preparar planes para el futuro próximo, remarcó.
Sobre el contenido de tales propósitos, se refirió a hacer «otra política económica y explicarla muy bien», aunque sin ofrecer mayores detalles.
No obstante se mostró partidario de controlar los egresos para «no vivir por encima de nuestras posibilidades y no gastar lo que no tenemos».
Rajoy no ha precisado cómo reducirá el gasto público, pero prometió que España cumplirá el objetivo de déficit de 4,4 por ciento del Producto Interno Bruto en 2012, según lo establecido por la Unión Europea (UE).
El futuro jefe del Gobierno ibérico, quien tomará posesión el 21 de diciembre, tiene previsto esbozar sus políticas en una reunión del Partido Popular Europeo, que se celebrará el venidero jueves en Marsella, vísperas de una cumbre de la UE.