Sin duda que el evento del viernes pasado, cuando el presidente Chávez presentó su Memoria y Cuenta del año 2011 ante el país, marca un hito en la historia de Venezuela.
Con cifras contundentes graficó la Venezuela de los 80, 90 y 2000, y mostró las abismales diferencias que presenta el país en cuanto a educación, salud, alimentación, ciencia y tecnología, agricultura que se traducen en crecimiento económico, contención de la inflación, reducción de las desigualdades y crecimiento del índice de desarrollo humano, indicadores reconocidos por las Naciones Unidas y otros organismos internacionales. En definitiva, el país que tenemos es muy distinto al país que teníamos.
El Presidente se mostró como el estadista demócrata y tolerante que dirige un modelo de país incluyente, y donde el centro es el bienestar del pueblo. En su alocución envió importantes mensajes a la oposición venezolana: invitó al dialogo, a actitudes propositivas y, sobre todo, disuadió cualquier intento de desestabilización del país en un año electoral que, indiscutiblemente, enciende las pasiones y la diatriba política propias de un sistema democrático. En este aspecto, Chávez fue insistente y contundente, y exigió a la oposición respetar los resultados electorales como lo hemos hecho nosotros a lo largo de todos los procesos comiciales realizados en nuestro país estos 13 años. Importante es recordar que nuestro sistema electoral ha sido reconocido en el mundo como uno de los más seguros, y así lo han ratificado los observadores internacionales que han seguido cada uno de los procesos realizados.
Estamos a la espera del pronunciamiento de la MUD ante la solicitud del presiente Chávez. ¿Reconocerán la victoria del 7 de octubre?, ojalá la cordura y la sindéresis prevalezcan; mientras tanto, nosotras y nosotros nos preparamos para arrasar en la batalla.