Florencio Porras, uno de los protagonistas de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992, sostuvo este jueves que la historia contemporánea del país se debe dividir en un antes y un después de esta fecha.
Durante su participación en el segmento D’ Frente, de la emisión meridiana de La Noticia, transmitida por Venezolana de Televisión, el integrante de los Centauros del 4-F, recordó que hace 20 años, horas antes de la rebelión, tuvo a su cargo hacer el reconocimiento a los alrededores del Palacio de Miraflores (sede del Ejecutivo).
El 4 de febrero, el ahora militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), le correspondió la toma del Palacio de Gobierno, el Regimiento de la Guardia de Honor y el Palacio Blanco, en lo que se llamó la operación Ezequiel Zamora, en honor al General del Pueblo Soberano.
Rememoró, asimismo, que a los militares activos en ese momento (década de los noventa) les tocó actuar, tras darse cuenta que desde los cuarteles tenían que revertir la situación imperante.
Corría el Gobierno de Carlos Andrés Pérez, (Acción Democrática), a poco menos de tres años de los sucesos del Caracazo, cuando desde las esferas del poder enviaron al ejército a reprimir al pueblo, luego que éste se lanzara a las calles en protesta por el paquete económico neoliberal, dictado desde el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En ese contexto, Porras sostuvo que “los militares somos el reflejo de los que pasa en nuestra sociedad, dado que no estábamos divorciados de las penurias y los problemas que se puedan sufrir en un momento determinado (…) en las calle se percibían las molestias del pueblo, en ese caldo de cultivo se hacia fácil hablar con los oficiales y sargentos para irrumpir contra esa realidad”, dijo.
El exgobernador del estado Mérida, al recordar los momentos en las celdas de la Policía Militar, una vez apresados y rendidos, dijo que “era un verdadero honor estar allí por haber cumplido con Venezuela”, afirmó.
Producto de esta experiencia, Florencio Porras editó un libro, donde con otra visión, muestra aquellos momentos en los que le tocó estar en prisión, con el aval de haber hecho lo correcto, por la Patria y el pueblo venezolano.