Los yemenitas acudieron este martes a unas elecciones anticipadas que tienen como único candidato a la presidencia al vicemandatario Abdo Rabbo Mansour Hadi, generando dudas sobre una verdadera ruptura con el régimen de Alí Abdulah Saleh.
Más de 10 millones de ciudadanos mayores de 18 años fueron convocados a las urnas en todo Yemen en el colofón de un proceso de transferencia de poder iniciado el 23 de noviembre, cuando Saleh aceptó en Riad un plan del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico.
La iniciativa avalada por Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU apartó al mandatario del cargo, a cambio de inmunidad judicial para él y sus allegados, y creó un gobierno de unidad, todavía muy cuestionado por sectores que iniciaron las revueltas en enero de 2011.
De acuerdo con la Comisión Suprema para Elecciones y Referendos (CSER), Hadi aparece como candidato único y podrá ser votado por 10 millones 243 mil 363 ciudadanos registrados, de los cuales cuatro millones 348 mil 485 son mujeres.
Funcionarios de la CSER dijeron a la agencia oficial de noticias SABA que están garantizados todos los aspectos técnicos, logísticos y de seguridad, con más de 103 mil soldados y policías custodiando los colegios de votación en el país.
Los terceros comicios presidenciales del país más pobre del mundo árabe requirieron un presupuesto de unos 9,9 mil millones de riales yemenitas (equivalente a unos 40,7 millones de dólares) y son conducidos por 21 comités de supervisión.
La emisión del sufragio tiene lugar en 301 colegios centrales y 28 mil 742 subcomités, además de 900 subcomisiones extras situadas para votantes que no estén en sus distritos electorales y para desplazados internos en las provincias de Saada y Abyan, las más convulsas.
Precisamente, las elecciones son boicoteadas por los dos mayores grupos de oposición al gobierno central de Sanaa, a saber, los rebeldes chiitas houthis asentados en Saada y el Movimiento del Sur, una milicia separatista que opera en la meridional Abyan.
Activistas sociales y favorables a la transición democrática, que lideraron las revueltas iniciadas el 27 de enero de 2011, también impugnan la votación por creer traicionado el primer alzamiento popular árabe cuyas reivindicaciones fueron abortadas por una negociación.
En ese sentido, hablan de referendo y no de elecciones, porque Hadi aparece como único postulado y así se asegura la continuidad del entorno de Saleh, inmune a la justicia gracias al pacto del CCG.