Autoridades ambientales de esta capital prevén supervisar cada mes la concentración de partículas finas atmosféricas (estándar PM2,5) en 30 importantes avenidas de los seis distritos centrales antes de que finalice el año.
El objetivo es determinar la cantidad de material particulado de un tamaño de 2,5 micrómetros o menos, altamente nocivo para el organismo humano, con vehículos acondicionados para esa función, y difundir los resultados de manera periódica.
De acuerdo con funcionarios del comité municipal del medio ambiente, citados por medios de prensa, la sonda de muestreo de esos coches estará a 1,5 metros sobre el suelo, altura que se aproxima a la de la nariz de una persona.
Actualmente esta urbe dispone de un solo vehículo de monitoreo de aire, pero planea contar con ocho más para 2015, a fin de cubrir todos sus distritos, según las fuentes.
Beijing es pionera en el país en el uso del PM2,5. Esta norma, más estricta que la tradicional PM10, fue puesta en práctica aquí en enero pasado y se prevé implementar en las principales ciudades chinas entre 2012 y 2013, mientras para 2016 abarcará a toda la nación.
De acuerdo con el plan de Beijing sobre el control de la polución del aire, publicado a principios de este año, la ciudad reducirá los niveles de PM2,5 en un 15 por ciento para 2015, con respecto a los registros de 2010.
A mediados de este mes el Buró Municipal de Protección Ambiental publicó un anteproyecto sobre nuevos estándares con límites de emisiones para vehículos automotores tan estrictos como la norma Euro V, establecida en la Unión Europea.
La aprobación del proyecto del estándar V de Beijing ayudará a reducir en un 25 por ciento el óxido nítrico contaminante, uno de los principales generadores de partículas PM 2,5.
Hasta el próximo 9 de abril los departamentos pertinentes recogerán las opiniones de la comunidad respecto al plan, que si se adopta, sería implementado este mismo año.