Brasil puede ser un referente para otros países que buscan el desarrollo sustentable, aseguró hoy la presidenta, Dilma Rousseff, al destacar la matriz energética de esta nación.
En esta nación el 45 por ciento de la energía para automóviles y generación de electricidad es renovable, la jefa de Estado recalcó en su espacio habitual de la radio, Café con la presidenta.
Además, dijo, Brasil se ha convertido en uno de los mayores productores de alimentos en el mundo con resultados enfocados a elevar la calidad de vida de la población sin perder de vista el cuidado de las aguas y el ambiente.
«Crecer para incluir y proteger» son las palabras claves en esos éxitos, recalcó Rousseff.
«Nuestro crecimiento económico se basa en la energía limpia y renovable producida por hidroeléctrica y los biocombustibles», subrayó.
A partir de este miércoles y hasta el viernes, la ciudad brasileña Río de Janeiro, será escenario de la Conferencia de Naciones Unidas Río+20, a la que asistirán unos 100 jefes de Estado y Gobierno del mundo.
La cita conmemora los 20 años de la primera de estas cumbres mundiales que estableció una agenda global para el desarrollo sostenible.
En aquella ocasión fueron aprobados el Convenio sobre la diversidad biológica, la Declaración sobre los bosques y masas forestales y el Convenio Marco sobre el Cambio climático.
De forma paralela, ya tiene lugar en Río la Cumbre de los Pueblos, espacio alternativo a la reunión de la ONU, organizada por movimientos sociales, políticos, académicos, entre otros, por considerar que esos acuerdos no se han cumplido.
Los asistentes consideran que las causas reales del deterioro ambiental, económico y social siguen sin ser atacadas.
El canadiense Maurice Strong, quien asumió como secretario general de Naciones Unidas para la Cumbre de 1992, criticó recientemente el incumplimiento de los compromisos asumidos hace 20 años con el desarrollo sostenible.
«Estamos en una celebración, pero sinceramente no hay mucho que celebrar», aseveró Strong.