La noticia ampliamente divulgada este miércoles en Asunción de que el gobierno paraguayo tampoco será bienvenido en la próxima Cumbre Iberoamericana, es otra expresión del aislamiento internacional de los autores de la destitución del presidente Fernando Lugo.
Medios de difusión impresos y televisivos recogieron las declaraciones del canciller español, José Manuel García-Margallo, quien adelantó sería mejor que Paraguay no asista a la reunión programada para el próximo mes de noviembre en la ciudad de Cádiz.
El titular del Exterior se refirió a la compleja situación provocada por el quiebre de la institucionalidad democrática en la nación guaraní y fue explícito al decir que la ausencia paraguaya será mejor para España, para el propio Paraguay y para todos los restantes Estados participantes.
«Paraguay, fuera de la Cumbre Iberoamericana», tituló hoy el diario Última Hora, mientras el oficialista ABC señaló «España cree es mejor Paraguay no asista a la Cumbre Iberoamericana» y la agencia IP Paraguay apuntó «España estima preferible que Paraguay no asista».
El portazo dado en pleno rostro al Ejecutivo de Federico Franco a poco más de tres meses de la celebración de la Cumbre, extendió a nivel iberoamericano el desconocimiento de su deseado carácter de representante de Paraguay.
Por si quedara alguna duda de lo difícil de un retroceso en la posición de España como organizadora del evento, el canciller señaló a Unasur y Mercosur, organizaciones que mantienen sanciones a Paraguay, como las adecuadas para dar otras definiciones al respecto. En irónicas declaraciones sobre el incidente, Lugo lo mezcló con el anuncio hecho por Franco de la próxima compra de un avión de gran porte para usar, entre otras cosas, en los viajes presidenciales al exterior.
No sé para qué va a comprar ese avión si ni siquiera puede viajar a Clorinda (localidad argentina fronteriza) porque nadie lo reconoce como Presidente, dijo el mandatario destituido.