Surgió tras derrocamiento de Gaddafi|Gobierno libio tiene su primera baja con renuncia de ministro del Interior

El nuevo gobierno libio, surgido tras el derrocamiento de Muammar Al Gaddafi, tuvo su primera baja con la renuncia del ministro del Interior, Fawzi Abdelh, luego de ser duramente criticado por la destrucción de una mezquita sufí el sábado pasado.

El primer ministro libio, Abdurrahim el Keib, y el parlamento aceptaron la dimisión del funcionario, acusado de no detener a los atacantes que demolieron el templo y una mezquita con topadoras mecánicas, reseñó Prensa Latina.

Medios internacionales indicaron que los agresores convocaron a sus seguidores a destruir las instalaciones religiosas aduciendo que en ella se realizan prácticas de «magia negra» y ritos idolátricos.

Debido a este hecho violento, las autoridades libias informaron que han sido arrestadas 17 personas, identificadas como musulmanes salafistas.

La demolición de las instalaciones, que albergan los sepulcros de Salam al Asmar, un académico del siglo XV, y otras 50 personalidades sufies, provocó la convocatoria del presidente del Congreso Nacional, Mohamed al Magariaf, a una reunión de emergencia con el primer ministro el Keib.

Magariag reconoció que es «triste y sospechoso» que «algunas de las personas que incitaron al ultraje se suponen que sean miembros de las fuerzas revolucionarias y los cuerpos de seguridad».

El domingo pasado, tras la destrucción de la mezquita, decenas de personas se manifestaron en Trípoli contra el extremismo islámico.

A partir del viernes fueron destruidos otros mausoleos de santos musulmanes y sufíes, y sus tumbas profanadas, en las ciudades de Misrata y Zliten.

Los sufies se definen como practicantes de una ciencia del Islam, cuyo fin es la reparación del corazón y alejarse de todo lo que no sea Dios y se caracterizan por la práctica del ascetismo.

Este grupo religioso tiene especial aceptación en África y la India, mientras que los salafistas, cuya influencia se extiende por el norte africano y el Levante, practican una forma ortodoxa del Islam, un credo que proscribe la adoración de imágenes.

Con este nuevo hecho se confirma la crisis de gobernabilidad que atraviesa Libia desde que en octubre pasado fuera derrocado el gobierno de Al Gaddafi, luego de ocho meses de bombardeos ininterrumpidos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), que dejó como saldo miles de civiles muertos.

Desde ese momento, milicias apoyadas por las potencias occidentales han rechazado entregar sus armas a las nuevas autoridades, por lo cual mantienen el control en diferentes puntos del país.

En agosto además se han registrado diferentes enfrentamientos violentos entre tribus libias que han dejado como saldo decenas de muertos.

Fuente/AVN