Miles de trabajadores franceses se movilizaron este martes en París, capital del país, y en otras siete ciudades, para rechazar los despidos de empleados y el cierre de fábricas.
Mientras esto sucedía, el Parlamento ratificó por mayoría de votos el polémico Tratado sobre la Estabilidad, la Coordinación y la Gobernanza (TECG), aprobado por 477 votos a favor, 70 en contra, 21 abstenciones y nueve ausencias, reseñó Prensa Latina.
Este acuerdo que rige en toda la Unión Europea (UE) legaliza los planes de ajuste bajo el argumento de los que países equilibren su déficit fiscal, aunque esto implique despidos masivos, recortes al gasto público, aumento de impuestos y privatizaciones de empresas públicas.
En París, la movilización llegó a la sede del Salón Mundial del Automóvil, donde obreros de la PSA Peugeot Citroen rechazaron la intención de esa firma de cerrar la fábrica de la ciudad de Aulnay y suprimir ocho mil puestos de trabajo.
Los manifestantes fueron reprimidos por la policía francesa, que lanzó gases lacrimógenos.
Luego, la movilización, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), se trasladó desde la Plaza de Italia hasta la de Montparnasse, a varios kilómetros de distancia.
El secretario general de la central sindical, Bernard Thibault, reclamó la aprobación de una ley que prohíba el despido de trabajadores en las empresas que reciban beneficios del Estado.
Esta medida es respaldada por tres de cada cuatro franceses, según una reciente encuesta del instituto Harris Interactive.
Las protestas de los obreros de Francia también se desarrollaron en las localidades de Lyon, Marsella, Toulouse, Bordeaux, Rennes, Clermont-Ferrand y Epinal.
Por su parte, en el Congreso francés la aprobación del TECG tuvo el respaldo mayoritario del gobernante Partido Socialista (PS), y los legisladores conservadores de la Unión por un Movimiento Popular (UMP).
En contra a la medida se pronunciaron Los Verdes, aliados del PS en el gobierno, y la bancada del Frente de Izquierda (FI) y otras agrupaciones minoritarias.
El proyecto del TECG ahora será enviado el miércoles a la Cámara de Senadores para su debate y aprobación.
El Tratado tendrá vigencia en los 17 países que utilizan la moneda euro y será optativo en los otros 10 miembros de la UE, donde tiene la oposición del Reino Unido y la República Checa.