Un conocido cantante de salsa pretendió insultar al comandante Hugo Chávez de la forma más rastrera. No le demos tanta importancia a un sujeto tan despreciable. Él forma parte de un grupo de “artistas” comerciales que han sido lo que son debido a la promoción de empresas disqueras. Son mercancía.
Claro, los humanos aprendemos por condicionamiento, nos repiten y repiten una canción y la bailamos y terminamos creyendo que es tremenda canción y si forma parte de una generación, luego la misma se incorpora a la nostalgia y bueno pues. Piénselo y se dará cuenta que es verdad.
Insólito, pero así es, la fama se aprovecha políticamente, también forma parte de esta guerra. No es lo mismo que lo diga yo a que lo diga el vendepatria de Vargas Llosa. No le hagamos tanto caso a esos ridículos y eso sí, apenas abran la boca, “plomo de flores” con ellos.
Por otra parte, si un sector de ese chavismo “light” quiere traer a un par de bandidos que se la pasan insultando al presidente Chávez y a Venezuela, que los traigan, total se raya quien los trae y más aún ese viejito que tiene más rayas que un tigre desde los gobiernos adecos y copeyanos hasta hoy.
Y que se rayen también los que piensan que una revolución se sostiene a fuerza de escenarios faranduleros como señuelo para mantener una cuota de militantes y de población electoral. La revolución es un estremecimiento social y del pensamiento y está sucediendo en este país más allá de esos frívolos espectáculos.
Ah, pero faranduleros no hay nada más en eso que nosotros llamamos “derecha”, de este lado también tenemos nuestros bichitos. Qué buena broma con esas ganas de ser famoso y que te digan que eres el mejor y de ser inmortal.
Las estatuas la ensucian los pájaros lo decía Alí Primera, quien estoy seguro le importaría un pito si lo nombro o no. Y digo “ensucian” para no decir otra palabra y me la censuren. ¡Pobre lenguaje del pueblo!
La canción revolucionaria es otra cosa y eso deberíamos saberlo nosotros como Gobierno, pero qué va, aquí la mayoría de la canción que suena y se distribuye en todas partes es la de la alienación capitalista.
T/ Gino González