Habitantes de la región de Dogofri|Poblaciones de Malí denuncian torturas en medio de intervención extranjera

Habitantes de la región de Dogofri, al suroeste de Malí, denunciaron esta semana constantes torturas y violaciones de Derechos Humanos a raíz de la intervención extranjera iniciada el mes pasado por fuerzas francesas.

El colaborador de teleSUR, Oskar Epelde, reportó este viernes que al menos dos personas fueron ejecutadas por el Ejército de Malí en la localidad, que permaneció unos días bajo el control de las milicias islamistas.

“La pista que sigue en dirección norte a partir de Dogofri nos previene del estado de subdesarrollo de las infraestructuras públicas en las regiones del norte de Malí. Los pastores continúan dependiendo de sus pozos y viviendo del fruto de sus rebaños, sin oficio ni beneficio de las donaciones internacionales destinadas a la lucha contra las crisis alimentarias del sahel”, expresó.

Epelde dijo que la zona “está ahora bajo el control del Ejército”, mientras que testigos señalan que se están cometiendo impunes atropellos y violaciones de los derechos humanos.

El periodista también dijo que en los poblados que han permanecido ocupados por los Yihadistas como Leré (oeste)“no hay todavía ni militares ni autoridades civiles”. “Los convoys del Ejército pasaron de largo camino a Tomboctu (centro)”, agregó.

Según el reporte, cuando el Ejército entró en Diabaly (oeste), los yihadistas abandonaron rápidamente las posiciones que habían ocupado en los poblados del norte y en la línea fronteriza con el sur.

“La población autóctona del norte de Malí permanece bajo sospecha de haber colaborado con bandidos armados pero nuestra experiencia nos revela justo todo lo contrario”, dijo Epelde.

Este viernes, el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, indicó que la intervención militar de Francia en Mali, emprendida desde el pasado 11 de enero, le ha costado a la nación europea más de 70 millones de euros (unos 95 millones de dólares) hasta la fecha.

Según la autoridad, los costos diarios ascienden a cinco millones de euros (casi siete millones de dólares) entre todos los contribuyentes de la guerra, superando así el gasto en los conflictos en Libia y Afganistán.

El conflicto en Mali comenzó cuando un grupo de rebeldes tomaron el norte del país, después de volver de la invasión a Libia, con el fin de independizar esta región. Una parte pertenece a la etnia tuareg, que intenta independizarse, y la otra a fundamentalistas islámicos.

El Ejército de Malí emprendió un golpe de Estado para derrocar al entonces presidente Amadou Toumani Touré, alegando la “escasa ayuda prestada por su gobierno para contrarrestar el avance de los insurgentes”.

Francia alegó incapacidad del Ejército nacional e intervino militarmente supuestamente para evitar que los rebeldes continúen controlando la región. Sin embargo, expertos y medio internacionales señalan que París busca proteger los intereses de las empresas europeas, en particular las galas, que explotan, para su beneficio, los recursos naturales malienses, entre ellos el uranio, que abunda en esta nación.

Este país tiene siete minas operativas de uranio con capital extranjero. Se cuentan los yacimientos de Kalana y Morila (sur). En la región sur -occidental están las minas de Yutela, Sadiola y Loulo. Además existen otros siete proyectos de explotación del metal.

La región sur-occidental de Falea tiene un potencial de cinco mil toneladas. En la región nor-oriental se valora que hay 200 toneladas de uranio. Este metal es utilizado para la elaboración de armas y la producción de energía nuclear.

Además del uranio, Mali es el tercer país productor mundial de oro. Al menos 50 toneladas se extraen al año.

Fuente y Foto/TeleSUR