Blancanieves, de Pablo Berger, se convirtió hoy en la gran triunfadora de los Premios Goya del cine español, al obtener 10 de las 18 estatuillas a las que aspiraba, entre ellas la de mejor película.
Además del premio a la mejor cinta del país ibérico en 2012, el filme de Berger, una versión en blanco y negro y muda del célebre cuento, se llevó otros nueve galardones, entre ellos el de mejor actriz para Maribel Verdú, mejor guión original o mejor vestuario.
Blancanieves se impuso al policíaco Grupo 7, de Alberto Rodríguez; al drama Lo imposible, de Juan Antonio Bayona; y a la poética El artista y la modelo, de Fernando Trueba, que acaparaban, en ese orden, 16, 14 y 13 candidaturas.
Sin embargo, el Goya al mejor director recayó en Bayona con su superproducción sobre el tsunami que arrasó el sudeste asiático en 2004.
Lo imposible -la película más taquillera del cine español con más de seis millones de espectadores-, se quedó con otros cuatro premios: mejor montaje, sonido, dirección de producción y mejores efectos especiales.
La gran derrotada de esta XXVII edición de los Premios Goya, que se extendió hasta esta madrugada en el Centro de Congresos Príncipe Felipe de Madrid, fue la obra del oscarizado Trueba, que de 13 nominaciones no logró ni un solo busto del pintor aragonés.
En el apartado de mejor interpretación masculina protagonista los aplausos fueron para el veterano actor José Sacristán, quien tras más de 50 años dedicado a la actuación ganó su primera estatuilla por El muerto y ser feliz.
Otro actor, Javier Bardem, sumó el sexto Goya en su cuenta particular, aunque esta vez por su faceta como productor del documental Hijos de las nubes, la última colonia, sobre la situación en el Sahara Occidental.
El galardón a la mejor cinta iberoamericana fue para la cubana Juan de los muertos, del director Alejandro Brugués, mientras que la francesa Intocable, de Olivier Nakache y Eric Toledano, conquistó el premio en la categoría de mejor película europea.
Juan de los muertos, cuarto Goya que obtiene la cinematografía de la isla caribeña, rivalizaba con Infancia clandestina, de Benjamín Ávila (Argentina); 7 cajas, de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori (Paraguay); y Después de Lucía, de Michel Franco (México).
La gala de la 27 edición de los Goya estuvo marcada por un aluvión de críticas a la política del gobierno conservador de Mariano Rajoy, representado en la ceremonia por el ministro de Cultura, José Ignacio Wert.
Varios actores utilizaron el escenario para censurar la labor del Ejecutivo frente a la crisis económica y protestaron contra los recortes presupuestarios en la cultura, en particular por el aumento del impuesto sobre el valor añadido (IVA) del ocho al 21 por ciento.
No es de recibo que tengamos el IVA cultural más alto de Europa, indicó Enrique González Macho, presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, quien emplazó al Gobierno a rectificar ese grandísimo error.