Los republicanos en la Cámara de Representantes se lavaron las manos hoy por las consecuencias para Estados Unidos de los masivos recortes presupuestarios, al argumentar que las propuestas de ley aprobadas por ellos los absuelven de cualquier responsabilidad.
«Nosotros hemos hecho nuestro trabajo y demostrado que esas decisiones pueden ser tomadas en una forma responsable y cuidadosamente planeada», advirtió la representante Cathy McMorris durante la alocución republicana semanal.
Según la congresista por el estado de Washington los estadounidenses saben muy bien que si le dan a la Casa Blanca más ingresos fiscales, estos se destinarán a nuevos proyectos de estímulo y programas de gobierno.
Además, «el presidente debe dejar de usar este debate como una excusa para subir los impuestos y empezar a aprovechar esta oportunidad para recortar el gasto», subrayó McMorris.
Sin embargo, el presidente Barack Obama culpó a la oposición republicana de la actual coyuntura que vive el país en su discurso sabatino por radio e Internet.
Aunque el mandatario dijo que todavía existen opciones de diálogo y propuso presentar un enfoque equilibrado al problema, consideró que los republicanos decidieron amparar los beneficios tributarios de intereses especiales para los acaudalados.
Prefirieron eso antes que «proteger a nuestra fuerza militar o a las familias de la clase media de que sufran estos recortes», señaló.
Obama enfatizó que «los recortes automáticos a los gastos ya comenzaron: lo último que Washington debía hacer, en un momento en que (…) los estadounidenses vuelven a trabajar, es seguir este camino».
En 2012, la Cámara de Representantes aprobó dos proyectos de ley para evitar los recortes drásticos y arbitrarios, pero expiraron en enero, cuando inició la nueva legislatura del Congreso.
Un mes después el Senado rechazó las facturas demócratas y republicanas que habrían detenido el denominado secuestro de fondos.
Los demócratas proponían reducir el gasto de 55 mil millones de dólares y aumentar los impuestos a los más acaudalados.
Mientras que la opción republicana no contemplaba la subida de los gravámenes y exigía al gobernante encontrar por otras vías los recortes de gastos en el presupuesto.
En un esfuerzo de último minuto, Obama se reunió en la mañana de ayer con los líderes de su partido y del bando contrario para tratar de alcanzar un pacto, pero fue imposible.
Más tarde la Casa Blanca informó que el mandatario demócrata había firmado el decreto para la puesta en marcha de los recortes, que se aplicarán en lo que resta del año fiscal 2013.
Con esta rúbrica entraron en vigor las reducciones previstas en el acuerdo para el aumento del techo de la deuda de 2011. Estados Unidos pretende recortar 1,2 billones de dólares en 10 años.
De momento algunos especialistas auguran que la actual situación eliminará unos 750 mil empleos y que el aún frágil crecimiento económico del país podría contraerse entre 0,5 y 0,6 puntos al finalizar 2013.