Durante huelga por rechazo a subsidio|Nuevas arremetidas de la policía contra cafeteros colombianos

La fuerza pública colombiana arremetió de nuevo contra los caficultores en paro en el norteño departamento de Santander, sobre quienes lanzó chorros de agua a presión, gases lacrimógenos y bombas aturdidoras amplificadas con altavoces.

La policía respondió así a la decisión de los cafeteros de mantener la huelga, tras rechazar el subsidio anunciado la víspera por el presidente colombiano Juan Manuel Santos, consistente en un aumento de 60 mil a 115 mil pesos ( de 33 a 63 dólares) por carga de 125 kilogramos para los productores con menos de 20 hectáreas de tierra.

Para los dueños de mas de hectáreas, el incremento estipulado ascendió a 95 mil pesos colombianos, equivaentes a 52 dóalares.

Otra agresión policíaca se suscitó, durante cinco horas, en el norteño departamento de Antioquia, donde resultaron heridos siete indígenas por los ataques del escuadrón antidisturbios.

Hasta ahora se mantiene incomunicada la vía Panamericana, en el tramo de Medellín a Turbo, como consecuencia de los disturbios provocados por la fuerza pública.

En declaraciones a Caracol Televisión, el indígena Feliciano Valencia, sostuvo que, si no se negocian todas las demandas de los caficultores, el paro seguirá en firme.

Una posición similar mantienen los caficultores del departamento de Risaralda, donde 10 mil campesinos están dispuestos a resistir hasta tanto sean resueltos sus problemas de susbsistencia, lindantes ahora con la miseria más absoluta.

El precio de sustentación del café que reclamamos es de 84 mil pesos colombianos (equivalentes a 46 dólares con 30 centavos), dijo Valencia.

Por su parte, en el departamento de Tolima, mas de cuatro mil campesinos persisten en sus protestas y exigen que el precio de la carga de 125 kilogramos sea fijado en 800 mil pesos colombianos (441 dólares).

Es la única manera de salir de la quiebra en que nos encontramos, argumentan líderes de la huelga. En Tolima, más de 50 mil familias dependen de la caficultura, añaden.

Una de las manifestantes, la tolimense María Edilcia Vanegas, de 60 años, invitó a las mujeres de ese departamento a solidarizarse con la continuidad del paro.

Nos toca salir a la calle a protestar contra los abusos que está cometiendo este gobierno y las autoridades estatales, destacó.

La policía entró acá, destruyó nuestras cacerolas, botaron la comida que teníamos preparada y a la que no botaron le rociaron un líquido, cuya naturaleza estamos investigando, narró al semanario Voz.

Hubo niños, añadió, que casi se asfixiaron a causa de los gases lacrimógenos.

Mientras, el coordinador del Movimiento por la Dignidad Cafetera, Oscar Gutiérrez, dijo a medios de prensa que los aumentos proclamados por el Gobierno no responden a las necesidades reales de los productores del grano.

Los representantes del Comité Nacional de Cafeteros que participaron ayer en la reunión con el Gobierno «no representan a los 92 mil que estamos hoy en las carreteras de Colombia», sostuvo.

El presidente Santos solo quiere enredar las cosas y tomarse fotos diciendo que ya se arregló todo, pero nosotros continuaremos en huelga, subrayó.

Texto / Prensa Latina

Los caficultores como el resto de los campesinos colombianos han sido las víctimas a través de la historia del país; los gobiernos sólo se han preocupado por mantener al campesino en la ignorancia, la mala salud. .. Bien me acuerdo que cuando a aprender mis primeras letras en una escuela del campo había únicamente una maestra para cinco cursos; sesenta años después, me cuenta una de mis alumnas maestras que tenía cuatro niveles en el mismo salón. Y así ha sido la forma como se ha tratado al campesino colombiano; cuando éste hace demostraciones para reclamar sus justos derechos se le agrede físicamente para callarlo.
Con gobiernos como el de Santo, jamás habrá redención para el pueblo colombiano porque esa clase de gobiernos sólo se interesan por las multinacionales y lo criollos capitalistas.