Yasmani Tomás tiene apenas 22 años y ya es una de las sensaciones del III Clásico Mundial de Béisbol, entre los artífices de la descomunal recuperación de Cuba al batir este sábado a Taipei de China 14×0.
Novato con la selección nacional cubana en eventos de rango universal, Tomás confesó a Prensa Latina que el espíritu de colectividad y el deseo de jugar le permite sentirse listo para cualquier circunstancia.
Estrella ascendente del popular equipo habanero Industriales, dijo que el cuadrangular de esta noche (su segundo en el torneo) salió con la ayuda del director, Víctor Mesa, quien le pidió empujara la pelota al jardín derecho si el lanzamiento venía afuera.
Le di con fuerza y sirvió para tres carreras que colocaron el marcador 6×0 (en el cierre del cuarto capítulo) para mayor tranquilidad de todos, apuntó.
Era un partido muy importante y había que ganarlo sin dudar, explicó Tomás, quien añadió que disputar el puesto de titular con Alexei Bell (ambos outfielders) es una motivación adicional.
Por su parte, Mesa destacó que tras el revés ante Holanda ayer, conversó mucho con sus peloteros y luego ellos mismos se reunieron aparte y «conversaron fuerte».
«Hoy las cosas salieron muy bien, todos los factores de juego funcionaron. Ahora esperaremos por la definición del próximo rival. Mañana volveremos al entrenamiento a prepararnos con el mismo entusiasmo y entrega», apostilló.
Visiblemente aplastado, el mentor de Taipei de China, Hiseh Chang-Heng, reconoció que tiene un staff de pitcheo irregular y para estar en el nivel del Clásico Mundial y chocar con Cuba, su equipo debe mejorar bastante.
«Los cubanos poseen muchos bateadores de poder, son agresivos en el juego y para contenerlos se necesitan lanzadores de nivel. Es una diferencia del béisbol asiático también el tema de la ofensiva», precisó.
Holanda enfrentará mañana a Japón en un duelo para el cual se anuncian a los derechos Rob Cordemans y Kenta Maeda. El perdedor de este cotejo rivalizará con Cuba el lunes.