El juicio contra el dictador Efraín Ríos Montt de Guatemala continúa este miércoles con el testimonio de las personas que presenciaron las masacres realizadas en el país entre 1982 y 1983.
De esta forma, el juicio sigue luego de que en el primer día se escuchara a dos téstigos que dieron fe de las matanzas a individuos de la etnia maya ixil en la que se cuantifican al menos mil 771 víctimas mortales solo de marzo de 1982 a agosto de 1982, según el Ministerio Público.
Uno de ellos fue Nicolás Berna, quien habló en idioma maya ixil con el auxilio de un traductor y aseguró que el Ejército dirigido por Ríos Montt asesinó a 32 personas en una aldea ubicada en Nebaj, Quiché (noroccidente) en 1982.
Así se desarrolla este proceso donde Ríos Montt y su por entonces jefe de inteligencia, José Rodríguez, son acusados de genocidios.
Se espera que para comprobar esto, la fiscalía presenté a 130 téstigos ya que su titular califica a este juicio como muy importante.
La Asociación para la Justicia y Reconcialición y el Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos, por su lado, expresaron que esta causa es una garantía para que estas matanzas no se repitan.
En contraste a esto, Ríos Montt y Rodríguez se abstuvieron de declarar e intentaron postergar el juicio lo máximo posible.
El último intentó ocurrió en el inicio del juicio cuando el defensor del dictador, Francisco García, recusó a la jueza Jazmín Barrios, la presidenta del Tribunal A de Mayor Riesgo que entiende en la causa, por alegar una supuesta enemestidad entre él y ella.
Ante esto, el juzgado ordenó la retirada de García y nombró por ese día a Moíses Galindo y César Calderon, abogados de Rodríguez, como defensores de Ríos Montt, pese a que Calderón se negó a hacerlo en primera instancia pero fue obligado a hacerlo por el tribunal.
Esto fue presenciado por decenas de sobrevivientes y familiares del conflicto armado interno (1960-1996) y la premio Nobel de la Paz guatemalteca, Rigoberta Menchú.
En las afueras de la Corte Suprema, dode se desarrolla el proceso judicial, activistas de derechos humanos y personas a favor de la dictadura se enfrentaron con cánticos en referencia a si hubo genocidio o no.
Este es el primer juicio contra un jefe de Estado de facto en Guatemala luego de que se le diera inmunidad a los funcionarios públicos que habían participado de la dictadura.
En concreto, el periódo de Ríos Montt es junto al del también dictador Romeo Lucas (1978-82) como uno de los más sangrientos de Guatemala, según la Organización de Naciones Unidas.
Esto dentro del llamado conflicto armado interno por el que murieron 250 mil guatemaltecos y 45 mil de ellos fueron víctimas de desapariciones forzadas.
Según la ONU, el 80 por ciento de estos crimenes fueron cometidos por militares y paramilitares, y el 95 por ciento están impunes.