La República Popular China cumple 75 años de fundación este 2024, un tiempo que ha marcado un desarrollo increíble para todos los sectores, entre los que destacan ámbitos productivos, tecnológico y de relaciones bilaterales entre Estados, que permiten anticipar un mayor dinamismo en el intercambio comercial con países amigos, y en América Latina son varios los que toman el protagonismo en los últimos años.
El Gobierno chino desde hace varios años ha hecho propuestas e implementado iniciativas que lo ponen al frente de la construcción de asociaciones que tienen el objetivo claro de impactar en el desarrollo de los países y pueblos, con la mirada puesta en el crecimiento integral, bajo el principio ganar-ganar.
Y es que el país asiático ha puesto a disposición su avance tecnológico y experiencias a nivel productivo bajo un interés de crecimiento compartido y no de dominación como buscan los poderes imperiales de Occidente.
El resultado lo podemos observar en la cantidad de países, no solo de Latinoamérica, que cada vez se suman a tener una relación de cooperación con China, teniendo como marco el respeto a la soberanía y la no injerencia en asuntos internos y un elemento fundamental: la aceptación del Principio de Una sola China, es decir, reconocer que Taiwán es una provincia más del territorio nacional.
En ese sentido, hay dos ejemplos recientes en nuestra región, Honduras y Nicaragua.
Con su llegada a la Presidencia, Xiomara Castro tomó una importante decisión en política exterior del Gobierno hondureño: establecer relaciones diplomáticas con China el pasado año 2023.
Por otra parte, los gobiernos nicaragüense y chino celebraron el mes de diciembre del mismo año el segundo aniversario del restablecimiento de relaciones. La fecha fue propicia para que los presidentes Daniel Ortega y Xi Jinping acordaran elevar las relaciones diplomáticas a nivel de “asociación estratégica”.
La Fundación de la Nueva China arriba a 75 años con miradas de admiración desde América Latina, por sus logros alcanzados y su capacidad de modernización, y con demanda creciente de mayor intercambio económico y de apoyo a proyectos clave para la prosperidad de los países de la región en vías de desarrollo.
Para el cierre de 2024 las estimaciones del Gobierno chino es que la economía tenga un crecimiento de 5 %, un número que coincide con las proyecciones de entidades como Goldman Sachs y el Fondo Monetario Internacional.
Una de las iniciativas que está marcando el relacionamiento con China es la Franja y la Ruta, una propuesta que cumple 11 años impulsada por el presidente Xi Jinping, y que tiene su base en la integración económica a través del desarrollo de infraestructuras marítimas y terrestres; proyectos que reciben la mayor parte de financiamiento por Beijing.
“La Iniciativa de la Franja y la Ruta es una solución china a los problemas de desarrollo global, que apunta a promover la modernización en los países participantes en conjunto, hacer que la globalización económica sea más dinámica, inclusiva y sostenible y garantizar que una mayor parte de los frutos sean compartidos de manera más equitativa por los pueblos de todo el mundo”, señala una nota de la Agencia de Noticias Xinhua.
Y en la realidad es así, no se trata solo de una teoría, China está demostrando que puede avanzar en su modernización interna y al mismo tiempo brindar beneficios de crecimiento a los países amigos mediante convenios con sus empresas estatales y privadas.
Las calles de Beijing y de provincias como Sichuan, Hubei, Jiangsu, solo por mencionar algunas, dan muestra del desarrollo y la modernidad que experimenta el país, donde la producción local no solo contribuye al mercado interno, también está dirigida a la exportación y sus empresas tienen presencia en países latinoamericanos permitiendo el desarrollo de infraestructuras y aportando al crecimiento económico.
El llamado “gigante asiático” ha estado sellando la historia reciente con su modernización que contrasta con su pasado milenario de experiencias y aprendizajes.
En sus calles se evidencia el carácter trabajador de su pueblo, su cultura de respeto, amabilidad, una sociedad en la que el estudio tiene gran relevancia, la formación permanente, para garantizar tener un futuro de prosperidad ante un mercado laboral competitivo y para afrontar las tareas asignadas en cada espacio laboral.
Con la mirada puesta en el año 2029, cuando se cumpla la octava década de la Nueva China, con la firme dirección del Partido Comunista de China, veremos consolidada la influencia de las iniciativas propuestas por el presidente Xi Jinping, y la superación de muchos desafíos que están planteados actualmente para integrar aún más a China con Venezuela, y más allá de nuestras fronteras, a la región latinoamericana y caribeña.
Ante los hechos recientes, dado el interés elevado de China en América Latina, para lograr ese objetivo, el “gigante asiático”, también llamado “el hermano mayor”, seguirá abriendo sus brazos y estrechando las manos con países amigos para ayudar a crecer a las economías más pequeñas, a las economías emergentes, que tendrán a favor el aprovechamiento de sus propios recursos naturales y al mismo tiempo aportarán significativamente al desarrollo integral de China.
En ese año seguro se abrirán las puertas de una nueva era y verán los Pueblos el resultado de la Asociación Estratégica A todo Tiempo y a Toda Prueba entre China y Venezuela.
El 1 de octubre de 1949 se celebró solemnemente la gran ceremonia de Fundación de la República Popular China, en la Plaza Tian’anmen, Beijing.