Obama acusó a Bush y prometió apoyar la reconstrucción|A cinco años del Katrina150.000 damnificados siguen sin poder volver a Nueva Orleans

Grupos de sobrevivientes del huracán protestaron por la lentitud de las accciones del gobierno

El pasado domingo se cumplieron cinco años desde que el huracán Katrina devastó el sur y centro de Estados Unidos. Considerado uno de los más mortíferos y destructivos que haya impactado a ese país, produjo grandes destrozos en los estados Florida, Bahamas y Mississipi y de Luisiana. En este último, dejó bajo agua 80% la ciudad de Nueva Orleáns, con saldo de 1.836 personas fallecidas y pérdidas por 80 mil millones de dólares.

Para conmemorar la catástrofe, el presidente de EEUU, Barack Obama, visitó la ciudad. En la Universidad de Xavier, -que quedó sumergida por efecto del huracán- dio un discurso en el que denunció que el manejo de la emergencia por parte del Gobierno de George W. Bush fue un “vergonzoso fracaso” que “dejó a innumerables hombres, mujeres y niños abandonados y solos”.

También reconoció que el la situación sigue siendo critica, pues todavía hay muchos terrenos baldíos sin utilizar y “mucha gente que no puede de encontrar empleo y muchos que no han podido volver a casa”. Sin embargo, dijo que hay una “increíble cantidad de progresos” en las obras de reconstrucción.

“Yo vine aquí a decirle a la gente de esta ciudad que mi administración la va a apoyar y luchará junto a ustedes hasta que el trabajo esté concluido”, aseveró. Pero si bien su mensaje fue aplaudido, fuera del recinto, docenas de sobrevivientes del huracán protestaban por lo mucho que tradan en llegar las soluciones.

OPTIMISMO PUESTO A PRUEBA

El optimismo de Obama tiene por contrapartida el drama de 150 mil damnificados de Nueva Orleans viven desde hace cinco años en campos de refugiados en Texas, Luisiana, Misisipi, Alabama, Florida, Georgia y Tennessee, sin ninguna posibilidad de regresar pronto a sus casas, según indicó al Correo del Orinoco el integrante del grupo de comunicación Pueblos sin Fronteras de Los Ángeles, California, Fernando Velázquez.

El periodista señaló que hay quienes no pueden regresar a su ciudad debido a que la reconstrucción “favorece los intereses de la gente con dinero”. La gobernadora del estado de Luisiana, Kathleen Blanco, a través del programa denominado “Camino a casa”, gastó 14 mil millones de dólares en reconstruir propiedades pero solamente en las áreas donde viven las clases de alto poder adquisitivo, aseveró el periodista.

El gobierno local -añadió Velázquez- defendió el programa argumentando que los pobres son víctimas de fraude por parte de los contratistas, y que no supieron organizarse para poner sus documentos en regla y recibir la ayuda correspondiente.

El integrante de Pueblos sin Fronteras citó un informe del Instituto Brookings que indica que 60% de los inquilinos de Nueva Orleáns usan al menos 35% de su salario para pagar la renta, cuando antes de Katrina sólo 43% pagaba esa suma.

“Además, un informe del Comisionado de Seguros del estado de Luisiana, subraya que el costo de la póliza de seguro para las viviendas ha aumentado en 12,5% a nivel estatal y 48% en Nueva Orleáns”, detalló Velázquez.

DESASTRE PROVOCADO

Al cuestionar la actuación de la Admisntración Bush, Obama destacó que lo ocurrido “fue un desastre natural, pero también fue una catástrofe causada por el hombre”. Una sentencia que encuentra respaldo en el balance que Velázquez hace de lo que dejó la tormenta.

La ciudad, comentó, perdió “una defensa natural”, refiriéndose a “los pantanales de la parte sur de EEUU”, que protegían a Nueva Orleáns de esa clase de catástrofes. “Pero las compañías petroleras construyeron, bajo la mirada cómplice de las autoridades, una desviación de las aguas y ese canal artificial, que provocó la inundación de 80% de la ciudad”, denunció.

Aseguró que los retenes que se construyeron –mediante un programa del Gobierno local– como muros de contención para la ciudad, estaban confeccionados de una forma ineficiente, por lo que cedieron ante la presión de las aguas.

MAQUILLANDO EL DESASTRE

Aunque la situación posterior a Katrina no se ha solucionado, los folletos de las agencias de turismo dicen que Nueva Orleáns es, actualmente, uno de los principales destinos, por su gran variedad de centros de compras y recreación, como casinos, clubes nocturnos, restoranes y cines.

Es cierto que han remodelado, pero sólo en el sector turístico. La gente de la ciudad no está recibiendo la misma ayuda ni se está beneficiando de esa reconstrucción”, reveló Velázquez.

El periodista resaltó que -al contrario de las promesas del gobierno local y federal- la inversión en los centros turísticos no se tradujo en beneficios para los pobres, ni siquiera a nivel laboral, debido a la crisis financiera que ocasiona poca fluidez de turistas.

“Hay varias organizaciones que desde hace años trabajan buscando soluciones a esta problemática. Organizaciones de inquilinos, el Comité de los Amigos Americanos, grupo religioso que ayudan a los pobres, y la agrupación Mujeres de la Tormenta, fueron quienes han otorgado respuestas a los problemas de Nueva Orleans”, explicó.

Velázquez aseveró que las escasas soluciones dadas tras el huracán Katrina vinieron “por parten de los grupos de base, de las organizaciones comunitarias, pero nunca del gobierno federal o local”.

LA NIÑEZ, PRINCIPAL DAMNIFICADA

Un estudio publicado por el diario Disaster Medicine and Public Health Preparedness, reveló que a cinco años de la tragedia miles de niños y niñas aún presentan fuertes traumas por lo vivido el 29 de agosto de 2005 con la llegada del huracán Katrina.

De acuerdo con la investigación, actualmente 60% de los pequeños que debieron dejar sus hogares (20 mil menores de edad) siguen presentando problemas emocionales y de conducta.

Muchos de los pequeños que sobrevivieron a la tormenta han perdido sus hogares y sus escuelas, y en la actualidad se encuentran viviendo en albergues temporales lejos de sus comunidades y sus amigos, lo que es una importante traba para su desarrollo intelectual y emocional.

Unicef advirtió que aunque es esencial garantizar alimentos, agua, medicinas, saneamiento y albergues adecuados para los afectados, es imperativo mitigar las consecuencias que el desastre ha causado a la población infantil con políticas específicas para ello.

T/ Yamila Blanco
F/ Agencias