El robot Curiosity, que desde agosto de 2012 se encuentra explorando la superficie de Marte, confirmó que los niveles de radiación que supondría un viaje al planeta rojo superan los límites establecidos por la Agencia Espacial estadounidense (NASA) para la salud de los astronautas.
Sin embargo, la NASA se mostró optimista y dijo que estas mediciones realizadas por el rover están proporcionando la información necesaria para diseñar sistemas que protejan a los exploradores humanos de la exposición a la radiación en las expediciones futuras.