Es prácticamente imposible caminar por el centro de Caracas con el filósofo Miguel Pérez Pirela. “Allá va la iguana”, le gritan, por su trabajo como moderador del programa Cayendo y corriendo que transmite VTV de lunes a viernes a las 7:00 pm. Mujeres y hombres le piden autógrafos, le dan besos, se toman fotografías. A cargo de esta figura querida y admirada estará el discurso de orden que se pronunciará durante la sesión especial del Parlamento por los 230 años del natalicio del Libertador Simón Bolívar y los 190 años de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo.
“El discurso se hará desde la zulianidad”, señala Pérez Pirela, en conversación con el Correo del Orinoco; descarta rápidamente que su planteamiento sea “de talante, tono y color protocolar”. Por el contrario, lo describe como “un poema en prosa” con “un lenguaje muy maracaibero, que reivindica lo mejor de lo maracaibero”.
Maracucho rajado, Pérez Pirela cita la pieza clásica Aquel gaitero, y refiere que la capital zuliana “siempre ha tenido un castellano muy original, muy bello”. Pero cuestiona que, con tristeza, “vemos que después de la segunda mitad del siglo XX resulta que lo maracaibero es lo mal hablado, es lo grosero, es lo grotesco, es lo vulgar, es lo gritado”, debido “a un sector político muy ignorante” que ha convertido la chabacanería en la carta de presentación de la tierra del sol amada.
Por eso, el comunicador se propone una pieza en la que el gran protagonista es el Lago. “Nosotros nos llamamos Venezuela por esa piccola Venecia, por esa alucinación que tuvo algún europeo de ver en los palafitos una Venecia. El Lago de Maracaibo es la puerta caribeña para todo el continente; de hecho, si hay un fenómeno complejo en Venezuela es el Lago de Maracaibo”.
El zuliano es un reservorio de agua “cuyo fondo es un plato de espaguetis hecho de tuberías que dejaron las trasnacionales, y de eso vamos a hablar en el discurso”. Es un Lago “que nos da toda la esencia del zuliano, religiosa y divina; es milenariamente indígena y trasestatal”. Es “un Lago que une y paradójicamente nos separa del país”.
Es, también, el escenario donde, en 1823, se selló “la independencia definitiva de Venezuela”, exaltó. Pérez Pirela argumentó que hace 190 años “las gotas del Lago de Maracaibo regaron los campos de Carabobo”, y la Batalla del Lago “le permitió a Bolívar irse en lomo para el sur del continente. Sin la Batalla del Lago, Simón Bolívar no hubiera podido seguir hasta Bolivia”.
POLÍTICA LOCAL
El periodista, durante su presentación, también tocará “algunos aspectos de la política interna de Maracaibo y de Zulia”. Quiere plantear “un paralelismo”, porque la situación del presente se parece mucho a lo ocurrido en 1823: “Una ciudad de Maracaibo sitiada, navíos españoles en las costas occidentales”, que Pérez Pirela comparó con los dirigentes opositores de la región. Ellas y ellos saben que Maracaibo es uno de los últimos reductos que les quedan.
Comparó las peleas entre los realistas de la época con las de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática para las elecciones del 8 de diciembre. “Mientras ellos estaban peleando hace dos siglos, los barcos republicanos habían entrado a Maracaibo y estaban avanzando con viento favorable”.
-¿Cree que las fuerzas bolivarianas están avanzando?
-Acabamos de ganar la gobernación de Zulia. Eso era prácticamente imposible. Nadie hubiera apostado por eso.
Las peleas entre “los imperialistas de aquel momento permitieron que la fuerza de respuesta fuera muy tarde”, relató. Eso hizo que, con muchos peligros y a riesgo de la vida, los patriotas entraran bajo fuego enemigo: “Empezaron a disparar contra ellos y en ningún momento se detuvieron”, explicó. Con heroísmo conquistaron el triunfo.
“En el Himno Nacional se dice ‘seguid el ejemplo que Caracas dio’, pero en este caso decimos ‘seguid el ejemplo que Maracaibo dio’, porque el pueblo salió de sus casas”, contó. “Hubo una lucha popular al mismo tiempo que los navíos desarrollaban la lucha militar”.
Pérez Pirela destaca que con su discurso quiere “reconciliar a Maracaibo con la patria, porque la política de Manuel Rosales, de Pablo Pérez y de Eveling Trejo de Rosales fue separar el estado Zulia y separar a Maracaibo del resto de Venezuela, y crear un regionalismo de poca monta, haciéndonos creer que nosotros éramos más zulianos si éramos menos venezolanos”. Eso, concluyó, “no tiene ningún asidero histórico”.