Los soldados estadounidenses se suicidan a un rimo récord en los últimos años y las causas están asociadas fundamentalmente a desórdenes mentales vinculados, entre otros, con la depresión y el abuso de alcohol, confirmó este miércoles un estudio auspiciado por el Departamento de Defensa.
La investigación reveló que no necesariamente las muertes se deben a las experiencias que los uniformados puedan tener en el frente bélico.
«No se corrobora que los suicidios tengan una relación con la duración del despliegue de los efectivos en el campo de combate o el número de veces a que se exponen a esa situación», destaca el análisis que será publicado en la próxima edición de la Revista de la Asociación Médica Americana.
Sin embargo, sí se demostró que la mayoría de los que se quitaron la vida enfrentaban un consumo excesivo de alcohol y padecían depresión o habían sido diagnosticados con depresión maníaca.
«El año pasado se reportaron 325 suicidios o posibles suicidios entre militares activos y no activos», precisó el material.
«Mucha gente podría sorprenderse por estos resultados», dijo Cynthia LeardMann, autora principal del estudio y experta en bioestadística en San Diego, California.
Los investigadores observaron que el trastorno de estrés post traumático puede ser una razón del suicidio, pero encontraron que solo nueve (10 por ciento) de las 83 personas que se habían privado de la vida fueron diagnosticadas con esa patología. Comparativamente, 55 de la muestra tomada presentaba un consumo alto de alcohol.
El psicólogo David Rudd consideró que si bien es cierto lo anterior, la sociedad debe aceptar que «la guerra es un problema persistente que ocasiona un entorno de alto estrés».
Para los que sufren de un trastorno mental, estas situaciones y la exposición a la intensidad de los combates, los hace ser más vulnerables.