Gracias al telescopio Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO) se ha podido captar una formación de estrellas en la Gran Nube de Magallanes, que se encuentra a unos 163.000 años luz de la Vía Láctea, mostrando dos brillantes nubes de gas.
Las nubes NGC 2014 (en tono rojizo) y la NGC 2020 (azul), pese a que son muy diferentes, «ambas fueron esculpidas por potentes vientos estelares procedentes de estrellas recién nacidas extremadamente calientes que también irradian el gas, provocando que brille de forma intensa», señala la ESO en un comunicado.
La diferencia de color ellas es el resultado tanto de la diferencia en la composición química del gas del entorno como de la temperatura de las estrellas que hacen que estas nubes brillen.
La Gran Nube de Magallanes es posible mirarla en esta zona del planeta incluso sin la ayuda de telescopios: Sólo hay que observar hacia la constelación austral de Dorado (también conocida como Pez Espada o Delfín), donde se podrá distinguir -en una noche oscura y limpia-, una mancha borrosa que puede incluso confundirse con una nube de la atmósfera de nuestro planeta.