La honestidad vuelve a ser buscada dentro de las bases revolucionarias, esas que en un principio se encargaron de elevar la eficiencia de la gestión del presidente Hugo Chávez y hacer que su popularidad se hiciera evidente ante la comunidad internacional y, en especial, ante esa derecha venezolana reunida en una mesa de intereses transnacionales y ante esa derecha endógena que aún visten de rojo y se hacen pasar por mega-chavistas, ocupando así el lugar de una o un camarada que espera ser llamado por la Revolución Bolivariana.
El presidente Nicolás Maduro se ha encargado de rescatar esos principios chavistas. Esa honestidad y radicalismo que debe caracterizar a lo que en un momento fue el movimiento revolucionario y que ahora se está transformando en el estilo de vida de todas y todos los venezolanos.
Sorprendido más de uno porque los grupitos se están desintegrando, y es que debe ser así. La Revolución Bolivariana debe tener un solo grupo de mujeres y hombres combatientes e inteligentes con la voluntad y capacidad de asumir responsabilidades, ya sean de Gobierno, tácticas o estratégicas; seguir una línea política e ideológica que garantice la presencia y propuesta revolucionaria y chavista.
¿Cuántos hombres libres y de buenas costumbres están esperando a ser parte de la transformación del antiguo modelo sociopolítico y económico al tan sonado socialismo del siglo XXI en Venezuela?
Yo conozco a muchos. Y es que es así, los grupitos y divisiones internas han ocasionado un daño inmenso a las bases populares; afortunadamente, nuestro pueblo más consciente, ese que indaga y analiza el día a día, es el que está claro de que las caras nuevas son la oportunidad de llevar este barco a puerto seguro.
Con esto quiero decir que son caras nuevas ante los medios, ya que estas compañeras y estos compañeros designados en responsabilidades distintas de Gobierno venían haciendo un trabajo importante desde las aéreas en las que son especialistas. Y hoy son llamados por la Revolución para ampliar ese éxito que han tenido hacia las comunidades de la Patria.
Los grupitos se van desintegrando, la honestidad y valores vuelven a la palestra y la principal beneficiada es la Revolución Bolivariana, ahora más que nunca chavista y antiimperialista.
¡Chávez Vive!