La representante demócrata Tulsi Gabbard expresó este lunes su rechazo a una eventual intervención militar de Estados Unidos en Siria y advirtió a la Casa Blanca sobre las fatales consecuencias.
Sus declaraciones fueron un triple golpe político para el presidente Barack Obama porque se trata de una veterana de la guerra contra Irak, militante del mismo partido y oriunda de Hawai, estado natal del mandatario.
Gabbard adelantó que votará NO ante una proyectada resolución del Congreso para validar un bombardeo del Pentágono sobre esa nación levantina, sacudida por un conflicto armado desde mediados de 2011.
Washington culpa a Damasco por una alegada violación de normas de la ONU en cuanto a empleo de gases letales contra civiles, pero las autoridades sirias afirman que los transgresores son los grupos terroristas opuestos al gobierno de Bashar Al Assad.
La legisladora dijo estar considerando todos los hechos, evidencias y argumentos relacionados con la seguridad nacional de Estados Unidos y por eso -recalcó- «he llegado a la conclusión de que un ataque contra Siria sería un error muy serio».
También la diputada Tammy Duckworth, una demócrata de Illinois que perdió las piernas y un brazo en Irak, manifestó su oposición al plan de agresión anunciado por Obama contra aquel país árabe.
La Oficina Oval marcha cuesta arriba en sus intenciones de buscar respaldo político para la acción bélica ante los legisladores del Senado federal y de la Cámara de Representantes, esta última con mayoría y liderazgo republicano.
Según un conteo del diario del Capitolio, The Hill, los números son más favorables para Obama en la cámara alta, donde 23 parlamentarios se inclinan por el SI, mientras que 16 amenazan con un voto negativo.
En el hemiciclo dominado por el partido azul desde finales de 2010 están todavía indecisos 12 demócratas, 13 republicanos y los dos independientes. Las votaciones finales serán a mediados de esta semana.
La Cámara de Representantes presenta una intención de votos de 31 positivos y 131 en contra de la acción bélica contra aquella nación del Medio Oriente, cuyo gobierno saludó este lunes una iniciativa de Rusia sobre el tema de las armas químicas.
Una resolución en cierne dentro del Senado otorgaría al Ejecutivo la anuencia para una agresión contra Siria que no exceda los 90 días y no involucre fuerzas terrestres en el teatro de operaciones.
Acorde con observadores políticos, una inesperada alianza entre el conservador Tea Party y liberales demócratas podría hacer naufragar los próximos planes de guerra de Obama.
Si fuera este lunes la votación final para confirmar el ataque, el mandatario solo contaría con el apoyo de un 20 por ciento del Congreso federal, según indagaciones del diario USA Today, la agencia Bloomberg y la radio NPR.