Escepticismo reinante|Jesús Faría: G-20 (Opinión)

El G-20 es el escenario más influyente de discusión, fundamentalmente sobre temas económicos, que se convoca anualmente y reúne a las 19 economías más grandes de plantea (las potencias imperialistas y las llamadas economías emergentes) y a la Unión Europea.

La última cumbre se celebró en días pasados en San Petersburgo, Rusia, con una agenda muy ambiciosa a la luz de la crisis del capitalismo: promover el crecimiento económico y la creación de empleo.

El escepticismo reinante en la víspera se cumplió con creces. Más allá de los enunciados de rigor enmarcados en los buenos deseos, no se produjo ni una sola propuesta realista y viable en correspondencia con la agenda.

La economía capitalista mundial se encuentra entrampada. La gigantesca deuda pública y el enorme hueco fiscal, aunado a otros problemas estructurales, han impuesto una visión ortodoxa de austeridad (políticas neoliberales) que hace imposible estímulos al crecimiento, inversiones y el empleo.

Por si esto fuera poco, el presidente Vladimir Putin incorporó a las deliberaciones, como era de esperarse, el tema de la posibilidad de un ataque imperialista en Siria.

El gobierno de Barack Obama no solo quedó en situación embarazosa, al no disponer de pruebas que justifique la agresión “ejemplarizante” (respaldada vergonzosamente por la oposición venezolana), sino que le fue imposible sumar apoyos más allá de su servidumbre (Francia, Gran Bretaña, Arabia Saudita, Canadá, Australia y Turquía).

En pocas palabra, la cumbre expresa la profunda crisis del capitalismo, incluso crisis de ideas para salir de ella, así como el aislamiento estadounidense en su aventura bélica en contra del hermano país árabe.