Colectivo La araña feminista|Mujer bonita es la que lucha, no una Miss (Opinión)

En los primeros días de octubre se realizará el “Miss Venezuela”, evento insigne de la burguesía, en el que a jóvenes casi niñas se las expone en un aparador para que reproduzcan el “supuesto” sueño de la mujer venezolana o, lo que es peor, para que representen la belleza de las venezolanas.

Sometidas a las dietas más infames, a operaciones dolorosísimas en la que arriesgan sus vidas sus cuerpos son transformados en lo que impone el imperialismo como belleza, en lo que dictan las transnacionales de la comunicación que es “una mujer”.

Es así que jóvenes ven reducidas sus aspiraciones a ser escaparates para la publicidad bizarra.

Pero ante show y más show, cada año más la prensa amarillista hace su agosto con el concurso: las supuesta rivalidades, celos y hasta trampas se hacen titulares de primera página y ahora se añade hasta un “reality” durante el que las muchachas encarnan los más perniciosos defectos que el patriarcado achaca a la feminidad.

En esta comedia la envidia y la frivolidad son los números fuerte.

Pero definitivamente no todas las venezolanas somos mises y por suerte. Hay muchas que preferimos ser mujeres de verdad, mujeres comprometidas con la lucha por la Patria y Matria bonita, socialista y feminista.

Nos gustan nuestros rostros con narices diferentes y ojos de todos colores, los senos naturales que se caen con el tiempo, las estrías que marcan los caminos que hemos andado en plenitud. No nos avergonzamos de nuestros pelos chichas y mucho menos de nuestras uñas cortas.

Somos bajitas, flacas, altas, gordas, con caderas amplias; tenemos todas las medidas y sus combinaciones y nuestras pasarelas son las aceras y veredas de Venezuela.

No somos objetos; no somos corotos para moldear como plastilina por las grandes corporaciones, de Donald Trump u Osmel Sousa.

Las venezolanas somos seres pensantes que padecemos realidades y que reivindicamos la verdad de nuestros cuerpos, estos cuerpos en los que albergamos placeres y utopías.

Así que rechazamos las burkas que nos impone la cultura eurocéntrica, que nos esclaviza detrás de trajes de diseñador, zapatos con tacones de 20 centímetros y capas de maquillaje que esconden nuestros bellísimos rostros.

Rechazamos también a las siliconas y los biopolímeros que tras vendérnoslos como “nuestro” sueño y nuestra definición como mujeres nos convierten en pedazos de carne cada vez más inservibles.

Levantamos la voz contra la mercantilización de nuestros cuerpos y exigimos respeto y el concurso de “Miss Venezuela” es una gran bofetada a la construcción del socialismo feminista que nos legó como tarea nuestro líder eterno.

T/ Daniella Inojosa y Alejandra Laprea
(Tinta Violeta)

NUNCA LUCHARON PORQUE CHAVEZ LES AHORRO LA LUCHA