Con la colaboración de miles de jóvenes voluntarios| Perfilan en Nicaragua mejor atención a adultos mayores

Con la colaboración de miles de jóvenes voluntarios, el gobierno de Nicaragua promete sistematizar la atención a uno de los sectores más vulnerables: los adultos mayores, cuyos derechos mermaron en años recientes bajo administraciones neoliberales.

«A partir del próximo 30 de octubre, comenzará otra revisión institucional por el sistema de Salud a fin de evaluar la situación en cada territorio», confirmó la ministra del ramo, Sonia Castro.

«Una comisión especial del Ejecutivo examina de manera sistemática el cumplimiento de acuerdos con la Unión Nacional del Adulto Mayor (UNAM), pero también nos interesa desarrollar hábitos saludables de vida», señaló la doctora Castro.

«Integrantes de la Promotoría Solidaria, pertenecientes a la Juventud Sandinista, recibirán capacitación para a su vez instruir a otros facilitadores en la promoción de salud», aseguró la funcionaria, quien también destacó la mejor habilitación de clínicas dedicadas al adulto mayor.

Entre las patologías más comunes en las personas de la tercera edad figuran diabetes, hipertensión arterial y cardiopatías, padecimientos crónicos que pueden aliviarse si los pacientes y sus familias reciben información sobre las conductas a seguir, refirió la especialista.

Según estimó el ministro de Juventud, Bosco Castillo, la capacitación en la Promotoría Solidaria es un proceso constante para apoyar distintos programas sociales, incluidos el mejoramiento de las viviendas, salud, educación, atenciones a la infancia y también a los adultos mayores, lo que no se reduce a los 15 mil afiliados a la UNAM.

A juicio de Porfirio García, presidente de la UNAM, el más reciente encuentro con el Ejecutivo también fue muy positivo para seguir buscando soluciones a los problemas.

Las políticas de respaldo a la vejez incluyen aquí la entrega mensual de pensiones reducidas a 20 mil ciudadanos de escasos ingresos por decisión del presidente Daniel Ortega, quien derogó un decreto neoliberal de 1994 que había suprimido ese derecho.

Dicha prestación económica beneficia a antiguos jubilados que no lograron completar las cotizaciones mínimas al Seguro Social.

Texto/Prensa Latina