Ante la situación que atraviesa en la actualidad Siria, se escucha de uno y otro lado que Occidente exige celebrar, cuanto antes, la reunión internacional de Ginebra II, con el objetivo de hallar una salida diplomática a la crisis que aqueja al país árabe.
Según un analista político estadounidense, el Gobierno de Washington no puede insistir en el derrocamiento del presidente sirio, Bashar al-Asad, antes de la próxima ronda de conversaciones de paz en Ginebra (Suiza).
“No es realmente posible para EE. UU. insista en una especie de cambio de sistema antes de la Conferencia (Ginebra II). La Conferencia decidirá lo que va a suceder”, así lo ha apostillado este martes el analista Bill Jones, en una entrevista concedida a la cadena iraní en lengua inglesa ‘Press TV’.
El analista ha realizado estas declaraciones un día después de que el secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, afirmara que la paz en Siria es imposible hasta que no sea reemplazado Al-Asad.
Conforme a Kerry, el presidente sirio “ha perdido la legitimidad necesaria para unir a la gente”, por lo que “tiene que haber un gobierno de transición, tiene que haber una nueva entidad de gobierno en Siria”.
En este sentido, Jones ha abogado por una solución diplomática y ha descartado la posibilidad de que las partes implicadas formulen requisito alguno para esas conversaciones.
El pasado 7 de mayo, EE. UU. y Rusia acordaron convocar una segunda conferencia internacional, que se sustentará en la reunión anterior celebrada en Ginebra, en junio de 2012.
Siria, desde mediados de marzo de 2011, es objeto de la injerencia de algunos países occidentales y regionales que brindan abiertamente su apoyo financiero, armamentístico y logístico a los grupos terroristas, cuyo propósito es acabar con el Gobierno de Damasco.