Prosigo hoy con el tema de los hombres viejos y hombres nuevos. Los viejos son “sobresumidos” sobreviviendo en los nuevos, que es una de las reglas de la vida, como lo dije en el anterior artículo. La humanidad que comenzó en la Grecia Clásica -que es la base de toda la civilización occidental-, sigue siendo la que nos define hoy día.
a) Hablaré algo sobre la humanidad cristiana que fue también nueva a su manera, cuyo único valor útil para la humanidad se realiza solo en el hombre nuevo del socialismo, y fue propuesto por Karl Marx y por toda la tradición socialista, y ese valor no es otro que el amor que debe sentir la humanidad por ella misma, que se ejerce, entre otros comportamientos, en la solidaridad, y en asumir la vida de todos como el fundamento de la vida de cada uno, cuya posibilidad para los seres humanos es solo la razón.
El asunto de la verdad -invento griego- está relacionado orgánicamente con el de la racionalidad; ésta se instituyó como la exigencia de determinar y conocer cada una de las cosas del mundo real, y, en haciéndolo, distinguirla de toda otra, siendo la verdad un asunto público y no privado, democrático, un bien de todos. Los instrumentos reguladores para el asunto de la verdad, que nos legó la Grecia Clásica fueron la matemática y la lógica.
b) El cristianismo produjo un hombre nuevo: la grey, o el rebaño, al cuidado de los pastores. De la grey se exigió mansedumbre y humildad y amor entre sí en Dios y por Dios, algo desconocido en Grecia y en Roma de los pastores se exigió fe, y energía para inculcarla; la grey debía ser humilde, los pastores no, pues ejercían el dominio sobre la grey, este dominio era desconocido por la razón griega que ya tenía más de seis siglos; enseñó también a desconfiar la razón y entregarse a la fe como instrumento de salvación.
¡Desconfía de la razón! Ella te alejará de la fe. San Pablo fue el primer apóstol de la irracionalidad, y es uno de los responsables (no el único) de algunas atrocidades: la irracionalidad de la civilización cristiana; las persecuciones y crímenes contra los herejes. El medioevo dirimió si los seres humanos debían ser para la Iglesia (que era un imperio navegando con bandera divina), o debían ser dirigidos por los Estados, al final triunfó la burguesía, que dirige a la humanidad y a la Iglesia mediante sus Estados.
El único valor entrañable del cristianismo solo puede ser realizado en el comunismo. Es solo como amor de la humanidad por sí misma, lo que implica una racionalidad no instrumental y un tipo de verdad que debemos construir.
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