Por José Gregorio González |Compromiso por la paz (Opinión)

Quienes se desgarran las vestiduras y acusan al proceso revolucionario de fomentar la violencia pretenden desvirtuar el trabajo que a diario realiza el Gobierno venezolano para combatir los hechos de violencia que se dan en el país. No puede responsabilizarse al Estado de ser responsable de cuanto suceso ocurra. Establecer un compromiso por la paz de la República es inherente a todos sus ciudadanos.

La violencia heredada por el Gobierno actual desde los tiempos de la seudodemocracia representativa forjó los antecedentes de una larga noche de violación de derechos humanos. Para tristeza nuestra es Venezuela la pionera de las desapariciones forzadas, fórmula copiada luego por los demás países del Cono Sur. El daño creado a innumerable familias aún causa dolor. Muchos venezolanos jamás aparecieron.

Estamos obligados a quitarnos las caretas. No se justifica que la oposición radical pregone discursos de violencia al tiempo que vende su imagen de víctima en los foros internacionales. Si creyeran verdaderamente en la paz crearan puentes de entendimiento con quienes apoyamos la Revolución Bolivariana.

Otro de los vértices fundamentales para buscar la paz y la reconciliación es el cambio de las parrillas de programación de las televisoras nacionales. No se justifica que violen la Ley de Responsabilidad Social y además defiendan sus intereses alegando que telenovelas y programas violentos no generan modelos negativos en la sociedad. Muchos personajes ligados a la farándula protestan por situaciones delictivas que les han afectado; sin embargo, sus roles en telenovelas refieren apologías de delitos.

Sabemos que es difícil combatir el delito y que parte de la responsabilidad la debe asumir el Estado; pero, si no se siembran valores que acerquen al entendimiento colectivo jamás se logrará la paz.

La suprema felicidad de la República está en manos de todos. Así que asumamos el compromiso de fomentar la paz para que nuestras vidas transcurran en franca armonía. Dejemos de lado la maledicencia y preocupémonos por el bienestar de la Nación.

caminosdealtair@hotmail.com