Columna de Oliver Reina| A quien pueda interesar (Opinión)

El principal patrimonio de cualquier proceso político que se proponga la transformación estructural de la sociedad hacia rumbos cada vez más democráticos e incluyentes debe ser el cultivo de una moral y un respeto ejemplar, que sea reconocido tanto por quienes comparten ideología como por quienes la confrontan.

Esta premisa se torna aún más obligante para quienes ocupan responsabilidades de Estado, y ni qué decir para quienes tienen como principal responsabilidad discutir y aprobar el cuerpo legislativo de la República, bajo los más elementales criterios de universalidad, igualdad y de cero discriminación ante las leyes.

La reciente experiencia de la Asamblea Nacional nos obliga a aprender y a aprovechar aún sus ribetes más negativos para aportar al crecimiento de la Revolución Bolivariana. Por su importancia, me atrevo a intentar sugerir unos pocos aprendizajes que considero necesarios:

Toda forma de intolerancia o sectarismo es negativa: si algo se aleja diametralmente de un proceso revolucionario incluyente y democrático son las expresiones y las prácticas excluyentes a partir del sectarismo y sus diversas manifestaciones, las cuales nunca pueden justificarse.

Descalificación personal por encima del debate: bajo ninguna circunstancia es éticamente aceptable que el desmontaje del adversario se haga a partir de descalificaciones personales, lo cual es particularmente reprobable cuando existen cantidad de evidencias políticas de peso a las cuales recurrir y desde ellas, argumentar.

Tras incurrir en falta, ayuda el rectificar con humildad: si, el calor de un debate pudiera conducir a que se exalten los ánimos y hasta se descarrile la línea argumentativa de algún derecho de palabra. Cuando ello suceda, ser humilde y ofrecer disculpas permite recuperar en parte el terreno perdido. Por el contrario, mantenerse en actitud soberbia, coloca un fardo aún más pesado sobre las espaldas del infractor.

La autoridad existe para utilizarla: dada que una de las potestades del director del debate es mantener el control y la altura del mismo, usar la autoridad cuando sea necesario en resguardo del Reglamento Interno de la AN y más allá, de la Constitución y las leyes, más que una opción es una obligación.

Ya que pasó lo que pasó, aprendamos. Y como se acaba el espacio, solo recordaré que “la mujer del César no sólo debe ser honesta, sino también parecerlo”

@oliv22
Caracas

Suscribo totalmente lo que dice el camarada MIGUEL A RODRIGUEZ DAVILA, AÚN HAY PUEBLO QUE CREEN EN ESTOS PERVERTIDOS, EN ALGUNAS OCASIONES HACE FALTA QUIEN DIGA LAS COSAS POR SU NOMBRE PARA QUE ESE PUEBLO DESPIERTE. YA ES HORA…APOYO A NUESTRO CAMARADA PEDRO CARREÑO

  • DEJEMONOS DE LENGUAJE HIPOCRITA DE UN SUBALTERNISMO DE UNA MORAL SOCARRONA Y FALSA, CMRDA SE HABLO COMO TENIA QUE SER A ESTOS PERVERTIDOS * DE LA SOCIEDAD DE LA MUD. ..GRIENTA* LA DEFENSA SOLAPADAS QUE SE ASUMAN EN ESTE CASO ES UN CLARO REFLEJO DE LA INCONSISTENCIA IDEOLOGICA SOCIALISTA Y REVOLUCIONARIA, DESGRACIADAMENTE NUESTRA CIVILIZACION EN SU DEGRADACION A CREADO PSICALIPTICAMENTE ESTA ABERRACION ANTI NATURA QUE AMENAZA LOS REALES VALORES ETICO MORALES DE UNA HUMANIDAD EN CRISIS…. COMO DECIA NUESTRO INMORTAL ALI PRIMERA **QUE LA MAYOR GROSERIA LA DICE ESTA SOCIEDAD ** POR ESO CARAJO YA BASTA DE TANTA MIERDA.