El jurista José Rodríguez pidió “voluntad política” para traer a Rocco|Abogado y familiares de las víctimas de Módulo Canaima exigen justicia

La madre de Columba Rivas, Sonia Bracho, recuerda cómo le fueron dando “gota a gota” la revelación más cruel de su vida: el asesinato de su hija el 4 de febrero de 1992. “Ese día salí de mi casa en Parapara (Falcón) hacia Maracaibo, porque vendía ropa. Pero en una cola para entrar al Puente sobre el Lago nos enteramos de que había un golpe de Estado”.

Bracho rememoró que se devolvió a Falcón, y al llegar a su casa la gente no cabía en ella: “Me pereció extraño. Gente por aquí y gente por allá. Caminaban y hablaban del golpe. Pero ya sabían que mi hija había muerto”.

“Mi hermano estaba serio. Era mediodía. Me dijo que yo debía ir a Valencia porque Columba estaba herida, pero ‘sin nada grave’. Empiezo a llorar. Me fui para Valencia con mis hermanas y me enteré en la noche. En la casa de Naguanagua había mucha gente también. Todos lloraban”.

Bracho, quien vive hoy en día en Coro, contó que una familiar cercana decidió decirle la verdad en Naguanagua. Entonces parecía que había muerto en vida. “Por lo menos ahora me consuela que, con lo que se ha logrado en beneficios para el pueblo, en salud, en educación, trabajo y alimentación, la muerte de mi hija no fue en vano. Ella luchó por esa justicia para el pueblo. Pero igual queremos justicia, queremos castigo para los responsables de los asesinatos”, apuntó.

“Esperamos que paguen los culpables. No creo que sea tan difícil buscar a los responsables. Ella murió en el sur (de Valencia), según lo que dice el acta de defunción. El tiro se lo dieron en la frente. Uno solo. Mis hermanos la revisaron y solo tenía ese disparo, como un tiro de gracia. Han transcurrido 23 años y esperamos la respuesta de esto, que ha sido muy largo”, declaró al Correo del Orinoco.

SENSACIÓN DE OLVIDO

Los padres de José Zerpa Miota, el señor José Zerpa y Carmen de Zerpa, aseguraron sentir “un dolor intenso y constante, especialmente por estos días”. Muchas diligencias se han realizado, pero todo ha sido inútil. Él (Mario Rocco) está en España; fue detenido, pero las autoridades venezolanas no lo han pedido”.

“Para llegar a este punto de la extradición contamos con la ayuda del doctor José Rodríguez, dedicado Ad Honorem a resolver este caso. Ya no se le puede pedir más. Necesitamos que la Fiscalía nos ayude; no se ha tenido el apoyo de funcionarios públicos, ni de alguna personalidad política que se interese en el caso”, lamentaron en una carta.

Gerardo Zerpa Miota, hermano del joven asesinado, contó que la familia ha escrito a mucha gente y nada. “Se pidieron audiencias a gobernadores, alcaldes, cardenales, rectores de la Universidad de Carabobo y nada. No nos recibieron y no nos dieron audiencia”.

Aseguró al Correo del Orinoco que se instaló la Comisión por la Verdad capítulo Carabobo en diciembre pasado y se introdujo el caso. Destacó que su hermano nació el 14 de octubre de 1970 en el Hospital Central de Valencia. Estudió primaria en el grupo escolar La Isabelica. Bachillerato en Ciencias en el colegio Nuestra Señora del Pilar y ciclo combinado en el Pedro Guzmán Gago de Valencia.

Comenzó estudios de Ingeniería Electrónica en el Iupfan hasta el séptimo semestre. Luego solicitó traslado a la UC y comenzó a estudiar Ingeniería Eléctrica hasta el octavo semestre, cuando muere. Paralelamente cursaba Ingeniería de Sistemas a distancia en la Universidad Nacional Abierta.

Actualmente Gerardo Zerpa Miota, quien trabaja en Hidrocentro, espera que el caso no quede en olvido: “Queremos justicia, aspiramos que la comisión (por la verdad) logré la extradición. Porque sobre la investigación no hay mucho más que hacer, solo presentar a Rocco al tribunal”.

VOLUNTAD POLÍTICA

A juicio del abogado que lleva el caso de los jóvenes asesinados de 4 de febrero, José Amado Rodríguez, “Mario Rocco no ha sido extraditado” de España a Venezuela “por falta de voluntad política”. Dijo que la Sala Penal “autorizó su extradición”, pero “ha pasado el tiempo y Rocco no ha sido extraditado, como si él no hubiese hecho nada”.

“Espero que en este 2015 podamos ver por fin a Mario Rocco llegar a Maiquetía. Yo sería el primero en tratarlo como aquí tratamos a la gente: con respeto a sus derechos humanos. Rocco tendrá la oportunidad de ser juzgado”, acotó.

Rodríguez reiteró su solicitud de audiencia con las autoridades, con el Defensor, con la Fiscal General. Aclaró que está de acuerdo con que se haya hecho justicia con muchos casos ocurridos en la Cuarta República, pero solo pidió “el mismo trato al caso de los muchachos asesinados en el Canaima”.

Rodríguez piensa que hay elementos para reactivar la investigación de las muertes de los estudiantes José Zerpa Miota, Gilberto José Peña y Ángel Alberto Ruiz, así como del distinguido del Ejército José Depablos; sin embargo, no ocurre lo mismo con Columba Ribas, cuyo investigación está “prácticamente en cero, con poca información”, pues solo se presume “que fue ajusticiada vía Tocuyito”; es decir, en un lugar distinto del módulo.

Nota: Todos los datos (incluso descripciones) aportados en este trabajo que no proceden de la propia observación del periodista están sustentados en diversas entrevistas (y coincidencias entre ellas) de los participantes directos e indirectos en los hechos, además de archivos y el expediente judicial del caso, entre otras fuentes.

T/ Luis Tovías Baciao
F/Cortesía