Por segundo día consecutivo fue abierto temporalmente el cruce fronterizo de Karam Abu-Salem -ubicado entre Egipto y los territorios ocupados palestinos- para permitir el ingreso de carga y ayuda humanitaria a los habitantes de la Franja de Gaza, víctimas de un bloqueo inhumano por parte del Gobierno de Tel Aviv.
El jefe del comité de transporte de carga a la Franja, Raed Fotuh, manifestó que tienen previstó ingresar unos 280 camiones que transportan ayuda humanitaria, materiales de construcción y suministros para los sectores comercial y agrícola.
Fattouh detalló que unos 12 camiones están cargados con cemento y materiales de construcción, así como otros 52 contienen grava que será utilizada en la ejecución de proyectos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina.
También entrarán a Palestina 33 camiones cargados con grava, pero ésta será entregada para el beneficio de los proyectos administrados por la Autoridad del Agua Palestina.
Asimismo, será entregado un contingente de gas para cocinar, a pesar de ciertas limitaciones impuestas por Israel. Fattouh agregó el ingreso de un camión cargado de tomates que serán exportados a Jordania.
El Estado Israel abrió el paso el día martes, por un período de doce horas, permitiendo la entrada de 225 camiones con una variedad de productos como trigo, materias primas agrícolas, materiales para los servicios de transporte, metales y cables.
La agencia de noticias “Quds Net”, citando a oficiales palestinos, informó que las autoridades egipcias no han permitido el paso de un cargamento de combustible, destinados a la Central Eléctrica de la Franja de Gaza.
El cruce de Karam Abu-Salem se encuentra a unos 14 kilómetros al sur de la frontera de Rafah, entre la Franja y Egipto.
Desde 2006, Tel Aviv impuso un bloqueo total a los seis cruces con los que cuenta la Franja de Gaza, para impedir la entrada de cargamentos que contengan ayuda humanitaria, combustible y otras mercancías básicas para la subsistencia.
En la Franja habitan alrededor de millon y medio de personas, privadas de sus derechos más básicos, como el acceso al trabajo, la sanidad y la educación.
El suministro de energía de Gaza es de unas seis horas diarias y en el mejor de los casos, muy pocas ocasiones, se prolonga hasta 16 horas.
Asimismo, la mayoría de las personas que ingresan en los hospitales pierden la vida, debido a la falta de los medicamentos necesarios para su tratamiento.