Por Arturo Tremont|Actividad irregular (Opinión)

En el mundo del trabajo hay diferentes definiciones para comprender las diferentes formas de participar en la actividad productiva.

El concepto de “trabajo decente” elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es aquel donde la trabajadora o el trabajador cumple sus labores en condiciones adecuadas, con salario digno y protección de la seguridad social.

Ese es un trabajo regular y formal en una empresa pública o privada. En contrapartida se utiliza el término de “trabajo informal” para referirse a las actividades que se efectúan sin cumplir normas laborales, precariedad en el ingreso, por cuenta propia y carente de la protección social que brinda el Estado.

El “trabajo irregular” o “negro”es otra modalidad, con características que violan la legalidad o como un fraude para evadir el pago de obligaciones tributarias y otros descuentos como el seguro social, el seguro de paro forzoso.

Es un mecanismo utilizado en algunos países para contratar inmigrantes ilegales que al no tener documentos deben aceptar bajos salarios y condiciones inferiores a los ofrecidos a trabajadores formales.

En Venezuela se da el caso de una actividad conocida como el “bachaqueo”, en alusión al insecto que soporta un peso superior a su estructura física.

No encaja en las definiciones del trabajo, ni siquiera irregular, sino en una actividad temporal que durará mientras exista el desabastecimiento.

No hay estadísticas para conocer cuántas personas subsisten con esas labores. Cuánto es el capital que invierten en las compras de productos regulados. Si es una labor individual o parte de una red organizada. Si sus ingresos superan el salario mínimo o la suma de un dólar diario para ubicarlos técnicamente en el renglón de los pobres.

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