En los últimos días las fuertes lluvias en Filipinas han causado al menos 68 muertos y 33 mil personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a las corrientes de agua que han destruido todo a su paso paralizando el comercio, los transportes, las administraciones y las escuelas.
De acuerdo a la representante de Defensa Civil en el país asiático, Maribel Mendoza, “el caso más grave se presentó en una villa norteña de Manila (capital), donde una comunidad pequeña de 18 personas, entre ellos nueve miembros de una misma familia, murieron en un deslizamiento de tierra que sepultó cuatro casas”.
La agencia meteorológica de Filipinas dio a conocer que “al menos un 50 por ciento de la ciudad de Manilla está inundada y se esperan fuertes lluvias en los próximos días”.
En esa misma línea se expresó un integrante de esta agencia, Jean Navarez, quien aseguró que “las inundaciones van a empeorar”.
Las escuelas, los mercados financieros, así como las oficinas privadas y gubernamentales se encuentran cerradas, en momentos en las que las principales calles de Manila, una metrópolis de 15 millones de personas, han sufrido los embates de las lluvias.
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, dijo a los principales medios de comunicación de su país que “el gobierno está haciendo todo lo posible para controlar las inundaciones, además, todos los que deben actuar en estos momentos lo están haciendo ”.
Las declaraciones de Aquino vinieron luego de sostener reuniones con los funcionarios de Defensa Civil.
Las recientes lluvias en el país representan las peores inundaciones que vive la capital desde el tifón que en el 2009 azotó el este del país y se llevó la vida de más de 400 personas.