Guerras del pueblo de Néstor Rivero|ALBA y Mercosur (Opinión)

Al momento de su creación en 1991 el Mercado Común del Sur (Mercosur) impulsó una integración dirigida a la expansión de capitales a tono con la musculatura de la industrialización y el comercio regionales, en asocio con corporaciones trasnacionales, las estadounidenses fundamentalmente.

Sin embargo, dentro del bloque regional -como lo evidencia la reunión de este martes 29 de julio en Caracas-, se viene afirmando un discurso de matices sociales distinto al que concebía la integración como mecanismo restringido a la simple “circulación de bienes, servicios y factores productivos entre países, el establecimiento de un arancel externo común…y la adopción de una política comercial común, la coordinación de políticas macroeconómicas”.

Y si bien dichos componentes son sustantivos para avanzar en un proceso articulador de nuestros países -puesto que sin políticas de Estado rigurosamente atendidas en materia económica difícilmente pueda hablarse de integración- desconocen la vocación integral profunda del bloque.

Y tal dato novedoso se extrae de las intervenciones de las presidentas y los presidentes en su reciente cita de Caracas. Tanto Dilma Rousseff, como Cristina Fernández de Kirchner y José (Pepe) Mujica entre las principales voces, además del saliente presidente Pro-Témpore del bloque, nuestro primer mandatario Nicolás Maduro, confirmaron el significado político y la vocación social y cultural de un proceso de integración entre socios con niveles de desarrollo diferentes.

La integración regional hoy se adelanta dentro de lineamientos cualitativamente superiores al del mero propósito de asegurar elevadas tasas de ganancia y nuevos mercados a las corporaciones con presencia en la región.

En otro tiempo Mercosur jamás habría dicho “pío” frente a la agresión de Israel contra la palestina Franja de Gaza, acción abominable desde toda ley moral y de relaciones internacionales.

Y algo de mayor peso estructural, en el nuevo tiempo de Mercosur: su asociación con la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA-TCP)-PetroCaribe, lo que constituye la expansión institucional de proyectos de redención social, como la Misión Milagro, al sur de Nuestramérica. También la extensión de Mercosur al Caribe, para edificar un polo de desarrollo y poder firme, en alianza con los Brics, lo que le dota de interlocución respecto a Estados Unidos y Unión Europea, lo que es decir la OTAN, el FMI y los “fondos buitre”. Otro mundo está emergiendo.

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