La isla sicialiana de Lampedusa, al sur de Italia, se declaró en emergencia este lunes, al recibir a unos mil 400 inmigrantes provenientes del norte de África en las últimas 24 horas, lo que da un total de 5 mil indocumentados de esta región que se alojan en esta localidad del país europeo, informaron fuentes oficiales.
El asesor de Turismo de Lampedusa, Pietro Busetta, fue el encargado de ofrecer estos datos durante una reunión de la presidencia de la Región de Sicilia celebrada en Palermo, en la que se solicitaron medidas para que los expatriados sean trasladados a otros lugares a fin de que pueda reactivarse el sector turístico.
La población total de Lampedusa, que es de unos 6 mil habitantes, está solicitando también que se impidan los desembarcos de los indocumentados.
Ante esto, el alcalde de esta localidad siciliana, Bernardino de Rubeis, prometió que se realizaría una reubicación de los inmigrantes hacia otros puntos de la península.
Igualmente, rechazó la idea de que se establecieran tiendas de campañas comunales y sugirió acomodar el islote de Lampione para que acoja hasta a unos 2 mil 500 de estos africanos.
Por su parte, La Cruz Roja consideró inaceptable e indecente las condiciones en las que viven los inmigrantes que están hacinados en un único centro que les sirve de cobijo y donde muchos están obligados a dormir en el suelo, a la intemperie y bajo el frío.
«El Estado italiano se ha comportado de manera vergonzosa. Italia acepta que miles de personas sean tratadas como bestias», agregó el alcalde.
Desde principios de año, Roma ha recibido a unos 15 mil inmigrantes en sus costas la gran mayoría de Túnez, sin embargo, 200 de éstos que desembarcaron este lunes en Catania, al oeste de la península, son libios que huyen de los ataques perpetrados en su país por las fuerzas imperialistas.
»Desde el 1 de enero hasta ahora han desembarcado 14 mil 918 personas, casi todas tunecinas», expresó el ministro del Interior, Roberto Maroni en una rueda de prensa al final del consejo de ministros extraordinario sobre Libia.
Maroni agregó que prácticamente todos los expatriados son «clandestinos, no pueden ser considerados refugiados o demandantes de asilo» lo cual provoca que «los centros de identificación y expulsión estén saturados».
El titular de interiores también comentó que el resto de los países de Europa deberían compartir la carga al recibir a los expatriados y no dejarle toda la responsabilidad a las naciones más cercanas a África.
«No es justo que si se habla de unas decenas de refugiados que llegan a Italia, Malta o España porque son los países más próximos, sean sólo estos los que tienen que hacerse cargo (…) Por los principios de solidaridad y subsidiariedad también los demás países tienen que hacerse cargo», dijo.
Desde enero de 2011 una serie de revueltas populares se han producido en varios países del norte de África lo que ha provocado un éxodo importante de población de esta región.
Uno de los primeros países del norte africano en experimentar manifestaciones populares fue Túnez, que desencadenó la renuncia del ex presidente Zine El Abidine Ben quien gobernó por más de 26 años a la nación.
Así mismo, a principios de año las protestas populares en Egipto también pusieron fin a los más de 30 años de mandato del ex jefe de Estado, Hosni Mubarak.
La nación que actualmente vive la situación más crítica es Libia que, luego de una serie de enfrentamientos entre partidarios y opositores del mandatario Muammar Gaddafi, sufre graves ataques desde el fin de semana de manos de fuerzas imperialistas, conformadas por Estados Unidos, Reino Unido y Francia con el pretexto de auxiliar a la población.