El presidente Alí Abdulah Saleh advirtió este miércoles el peligro de una guerra civil en Yemen y acusó a el clan de Ahmar de provocar los enfrentamientos con sus partidarios, que este martes causaron más de 30 muertos.
Manifestó que los los violentos enfrentamientos entre guardaespaldas de Al-Ahmar y las fuerzas de seguridad leales a él, dieron lugar a incidentes violentos con cifra imprecisa de víctimas, unos 24 miembros de tribus y 14 soldados muertos, 30 heridos y dos desaparecidos, según médicos locales.
Este miércoles el Ejército intentó desalojar a fuerzas opositoras (tribus) que tomaron control de varios ministerios, incluido el del Interior, así como la sede de la aerolínea nacional Yemenia, dejando un saldo de 17 personas heridas.
Los alrededores del Ministerio del Interior siguen asediados por los seguidores del influyente jefe tribal, y Saleh los responsabilizó de «derramar la sangre de civiles inocentes», aunque dijo que las autoridades no deseaban ampliar la confrontación armada en la capital.
En tal sentido, Saleh aseguró que Yemen no será «un Estado fallido u otra Somalia, ni un paraíso seguro para Al-Qaeda, (pues) el pueblo sigue animado a una transferencia pacífica del poder», y aseguró que por ello seguía dispuesto a firmar el hasta ahora malogrado pacto del CCG.