El cineasta mexicano Alfonso Cuarón llamó este lunes al presidente de su país, Enrique Peña Nieto, a realizar al menos tres debates sobre la reforma energética en televisión abierta, durante horario estelar y con cobertura amplia.
¿Por qué no debatir?, inquiere el realizador al mandatario en una carta publicada este lunes en la página diezpreguntas.com, la misma en la cual difundió la semana pasada 10 interrogantes sobre la iniciativa constitucional.
El ganador del último Óscar a Mejor Director por su filme Gravedad realiza la que llama su última pregunta, en la cual pide discusiones con políticos y expertos, además de voces independientes. Las cuestiones planteadas por el creador al Ejecutivo, y que fueron respondidas después en la web de la Presidencia, abordaban temas como los beneficios tangibles de la reforma, el riesgo de afectaciones al medio ambiente y los planes para desarrollar formas alternativas de energía.
Cuarón también indagó sobre cómo evitar que ocurran fenómenos de corrupción con los nuevos contratos, presiones de grandes intereses y la creación de monopolios.
Ante esas interrogantes, el Gobierno resaltó ventajas de la normativa como una reducción de las tarifas de gas y electricidad en un plazo de dos años, la generación de unos 500 mil empleos y el aumento de la producción petrolera de los actuales 2,5 millones de barriles diarios a tres millones en 2018.
Tras esos argumentos, el cineasta manifestó que no pueden ni deben agotar la discusión, sino que, por el contrario, abren la oportunidad de realizar el debate plural y abierto que merecen todos los ciudadanos.
La reforma energética, aprobada en diciembre pasado permitió por primera vez después de 75 años la participación del capital privado nacional y extranjero en el sector de los hidrocarburos.
El Gobierno envió la semana pasada al Senado de la República el proyecto de leyes secundarias en la materia, el cual deberá abordarse en un periodo extraordinario de sesiones.
De acuerdo con el director de Y tu mamá también, durante el proceso de aprobación de la reforma, las negociaciones cupulares sustituyeron las discusiones profundas y la sociedad careció, dentro y fuera de los partidos, de un debate participativo, con opiniones divergentes y contrarias.
Los medios de comunicación masiva, principalmente la televisión, jugaron un papel pobre negándose a promover y alentar este tipo de actividades, evitando las voces críticas y limitándose a reproducir la narrativa oficial, criticó.
Por eso, el realizador pide discusiones comprensibles, eficaces, ágiles, con reglas modernas, en los que se prohíba a los participantes leer y se cuente con la presencia imprescindible de los miembros del gabinete y del propio mandatario.