La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, condenó la violación y mutilación de una joven sudafricana y denunció «la pandemia de violencia sexual» que afecta a cientos de mujeres cada día en Sudáfrica.
«Hay una urgente necesidad de mandar una señal de que la violencia sexual es totalmente inaceptable y que tendrán que asumir las consecuencias de esos terribles actos. La arraigada cultura de violencia sexual que permanece en Sudáfrica debe acabar», señaló Pillay.
La Alta Comisionada reconoció la importancia de la “fuerte” respuesta del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, quien calificó el hecho como «chocante, cruel y profundamente inhumano». El mandatario pidió a los tribunales aplicar las penas más pesadas contra los responsables.
«No debía haber ocurrido esta atrocidad, que incluye violación, tortura y asesinato, para que se viera la urgente necesidad de atacar las raíces de la pandemia sexual que vive el país», aseguró la Alta Comisionada, reseñaron medios internacionales.
Sudáfrica tiene el mayor índice de violaciones denunciadas a la policía del mundo. En 2012, el número de violaciones documentadas por las fuerzas del orden alcanzó 64 mil, es decir 175 por día. Estas cifras son mucho menores del verdadero número de violaciones.
«El hecho de que cada año se denuncien decenas de miles de violaciones es una muestra de que el problema debe atacarse de forma directa y mucho más robusta que hasta ahora», agregó.
Según un estudio del Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica, 28 por ciento de los hombres consultados afirmaron que habían violado una mujer en algún momento de su vida, y uno de cada 20 afirmó que la había violado el año anterior.
«La violencia sexual contra las mujeres no es sólo un problema de las mujeres. Los hombres también deben ser parte de la solución y tienen que tener un rol activo en acabar con la violencia de género y combatir la discriminación», concluyó la funcionaria.
La adolescente Anene Booysen, de 17 años, caminaba hacia su casa desde un centro deportivo el viernes por la noche, cuando fue brutalmente atacada y quedó al borde de la muerte. Sus intestinos estaban muy dañados. Una botella de vidrio fue hallada en su vientre.
Booysen identificó a uno de los atacantes, con quien aparentemente salió en el pasado, antes de morir a raíz de las graves heridas sufridas en el hospital. Su funeral fue celebrado el sábado.
Cientos de personas acompañaron el ataúd blanco desde la iglesia, donde se celebró una misa, hasta el lugar de su entierro.